Mons. Croxatto animó a una Cuaresma en comunidad y en oración

  • 26 de febrero, 2021
  • Neuquén (AICA)
En el comienzo de la Cuaresma, el obispo de Neuquén, monseñor Fernando Croxatto, envió una carta a las comunidades.

El obispo de Neuquén, monseñor Fernando Croxatto, se dirigió a las comunidades diocesanas con dos iniciativas para vivir la Cuaresma.

“Hemos iniciado nuestro tiempo Cuaresmal, tiempo para renovar la fe, la esperanza y la caridad, como lo expresa el papa Francisco: ‘En este tiempo de conversión renovemos nuestra fe, saciemos nuestra sed con el ‘agua viva’ de la esperanza y recibamos con el corazón abierto el amor de Dios que nos convierte en hermanos y hermanas en Cristo”, expresó.

“Como cada año en estas fechas, se acaba de realizar el encuentro regional de pastorales de la Patagonia, esta vez de manera virtual. El tema que nos convocó fue la encíclica Fratelli tutti. A este encuentro asisten delegados de las pastorales que están presentes en las siete diócesis. Esperamos después poder compartir con el resto de la diócesis lo que surja y nos ilumine en nuestro caminar”.

Seguidamente, el obispo compartió con los fieles dos iniciativas para este año “que nos ayuden a seguir alimentando nuestro deseo de ser ‘cada comunidad para todas las comunidades’”.

“La primera está en sintonía con esta bendita sorpresa del papa Francisco de celebrar el Año de San José”, anticipó. "Él nos dice: ‘Este deseo ha crecido durante estos meses de pandemia, en los que podemos experimentar, en medio de la crisis que nos está golpeando, que «nuestras vidas están tejidas y sostenidas por personas comunes -corrientemente olvidadas- que no aparecen en portadas de diarios y de revistas, ni en las grandes pasarelas del último show pero, sin lugar a dudas, están escribiendo hoy los acontecimientos decisivos de nuestra historia: médicos, enfermeros y enfermeras, encargados de reponer los productos en los supermercados, limpiadoras, cuidadoras, transportistas, fuerzas de seguridad, voluntarios, sacerdotes, religiosas y tantos pero tantos otros que comprendieron que nadie se salva solo. […] Cuántas personas rezan, ofrecen e interceden por el bien de todos». Todos pueden encontrar en San José -el hombre que pasa inadvertido, el hombre de la presencia diaria, discreta y oculta- un intercesor, un apoyo y una guía en tiempos de dificultad. San José nos recuerda que todos los que están aparentemente ocultos o en ‘segunda línea’ tienen un protagonismo sin igual en la historia de la salvación".

“Haciéndonos eco de esta propuesta universal, con el deseo de buscar alguna expresión, gesto, signo que nos vuelva a hacer gustar nuestra comunión diocesana y luego de consultar, he decidido que por medio de una imagen San José peregrine en toda nuestra diócesis. El recorrido daría comienzo en la parroquia San José, de San Martín de los Andes, en marzo y culminaría en San José Obrero de Neuquén, pasando por todas las comunidades. Su paso nos dará la oportunidad para que podamos ahondar, junto a la carta Pater Cordis, la figura y el mensaje del querido San José. Ya enviaremos su peregrinar y algún subsidio y estampas que acompañen”.

La segunda iniciativa, explicó, “es desde la certeza que la oración sostiene nuestra tarea evangelizadora. Y a la par que el Papa andaba pensando su propuesta, paralelamente yo iba rezando la propuesta de ‘poner a la diócesis en comunión de oración’, para suplicar y dejarnos guiar en este año, después del difícil 2020”. 

“Y ya que ‘La oración tiene el poder de transformar en bien lo que en la vida de otro modo sería una condena; tiene el poder de abrir un horizonte grande a la mente y de agrandar el corazón’: ¿Qué espera de nosotros el Señor en estos nuevos tiempos, de nuevos desafíos?, ¿Cuáles son los pasos de ‘renovación estructural’ que necesitamos animarnos a dar en el ‘anuncio de la Buena Nueva’?, ¿Por dónde caminar después de un año de tanto parate, de miedos que continúan, de inseguridades, de tiempos de duelos a asumir?”.

“Les propongo que nos animemos y convoquemos, con las medidas protocolares pertinentes, a tener en cada comunidad, un momento de ‘adoración a Jesús Sacramentado’ más permanente y constante, sea antes de cada Eucaristía celebrada o después, o como cada comunidad vea más oportuno, en la que esta intención común diocesana expresada anteriormente, sea también otro motivo de ‘comunión espiritual’. “Conscientes de esta presencia del Resucitado entre nosotros, nos planteamos hoy la pregunta dirigida a Pedro en Jerusalén, inmediatamente después de su discurso de Pentecostés: « ¿Qué hemos de hacer, hermanos?»”.

Por último, se refirió a la catequesis que “muchos me preguntan cómo seguir”, y los animó a que, “según la realidad de cada comunidad, se pueda ir pensando, reflexionando de qué manera ir retomando ‘la querida presencialidad según también los protocolos’. Especialmente a los catequistas, les pido saber aprovechar la oportunidad que nos brinda la pandemia, para continuar el camino de ‘renovación en la catequesis’ que venimos trabajando y que es el nudo del Nuevo Directorio para la Catequesis”.

“Recordando lo que el Espíritu nos viene marcando, “que el camino de la sinodalidad es el camino de la Iglesia para estos tiempos”, ayudémonos todos a ser testigos y testimoniar este camino y como solemos decir, sin prisa pero sin pausa. Bajo la custodia de José y de la mano de nuestra Madrecita querida, les acerco mi abrazo fraterno y bendición”, concluyó.+