A la espera de un nuevo obispo, Avellaneda-Lanús vivirá la Cuaresma

  • 22 de febrero, 2021
  • Avellaneda (Buenos Aires) (AICA)
El administrador diocesano de Avellaneda-Lanús envió un mensaje de Cuaresma y animó a la comunidad a esperar confiadamente al nuevo pastor diocesano, en este tiempo de conversión.

El administrador diocesano de Avellaneda-Lanús, monseñor Rubén Oscar López, envió un mensaje con motivo del inicio de la Cuaresma 

El sacerdote definió al tiempo litúrgico “de reflexión y conversión”, y aunque “cada cuaresma es distinta, porque son diferentes las circunstancias de nuestras vidas”, animó a lanzarse “a una nueva experiencia de vida, en la cual, para los que tenemos fe, Dios no está exento ni está fuera de lugar. También es un tiempo favorable para que nos encontremos con Dios. Y la Iglesia, en este tiempo de Cuaresma, es lugar y tiempo privilegiado para eso”.

Asimismo, convocó a esperar confiadamente el nuevo obispo: “Unidos en la oración común esperamos al pastor que, con entrañas maternales, salga a buscar la oveja perdida para que no se pierda ninguna de las que le confíes”. Para el año que comienza, “incierto e imprevisible en muchos aspectos aún”, animó a seguir Cinco son las “Notas” que identifican a la Iglesia de Cristo.

Estas son: “La misión o el testimonio de Jesús; la formación en sus distintas formas y maneras; la liturgia y todo el ámbito de la vida espiritual; la comunión, que no es otra cosa que unión en común, vida compartida; y el servicio en sus diversas manifestaciones y formas”.

Del mismo modo, animó a la comunidad: “Que cada uno entonces mire su interior con serena y confiada honestidad y vea qué puede hacer para comenzar a vivir un nuevo espíritu de comunión eclesial”.

Haciendo referencia al 60 aniversario que la diócesis cumple en 2021, los 20 años de la unificación de Avellaneda-Lanús, y el Año de San José, recordó que también se recibirá la imagen de la Virgen de Fátima, entre el 28 de febrero y el 15 de marzo, y las reliquias del beato Carlo Acutis; como acontecimientos que “nos deberán ayudar a este crecer en el camino de comunión afectiva y efectiva según el lema que supimos tener hace 20 años: ‘Un solo corazón y una sola alma’”. 

Al despedirse, envió un fraternal saludo a la comunidad, “unidos en la oración común y en la Eucaristía que alimenta nuestra fe para seguir construyendo el Reino. Que Dios nos bendiga a todos, y que cada uno bendigamos a los demás. Buena Cuaresma”.+