El Card. Poli animó a una serena, consoladora y santa Cuaresma

  • 17 de febrero, 2021
  • Buenos Aires (AICA)
El arzobispo de Buenos Aires presidió la misa del Miércoles de Ceniza en la catedral metropolitana, donde recordó que la Cuaresma es "un tiempo para pegar la vuelta" y convertirse al amor de Dios.

El arzobispo de Buenos Aires, cardenal Mario Aurelio Poli, presidió en la catedral metropolitana la misa del Miércoles de Ceniza, en la que recordó que la Cuaresma que se inicia hoy es "un tiempo para pegar la vuelta” y convertirse al amor de Dios que “no se cansa de llamarlos, porque Él no claudica en perder la obra de sus manos”.

“Él quiere renovar la amistad con cada uno de nosotros, porque al crearnos fuimos hechos a su imagen y semejanza”, recordó en la homilía transmitida por televisión y a través de las redes sociales. 

El purpurado porteño destacó que el papa Francisco en su mensaje anima a renovar la fe, la esperanza y la caridad, a los que definió como “los regalos que todos los cristianos recibimos en el bendito día de nuestro bautismo”.

“El ayuno, la oración y la limosna vividos al estilo que Jesús nos enseñó, son las condiciones que se convertirán en este tiempo como prueba sincera de nuestra conversión”.

El primado argentino dijo que este año quería “espigar” algunos de los párrafos del mensaje papal para la Cuaresma, por lo que los leyó textual y los matizó con comentarios propios.

“En el actual contexto de preocupación en el que vivimos y en el que todo parece frágil e incierto, hablar de esperanza podría parecer una provocación. El tiempo de Cuaresma está hecho para esperar, para volver a dirigir la mirada a la paciencia de Dios, que sigue cuidando de su Creación, mientras que nosotros a menudo la maltratamos”, citó.

“En la Cuaresma, estemos más atentos a ‘decir palabras de aliento, que reconfortan, que fortalecen, que consuelan, que estimulan’, en lugar de ‘palabras que humillan, que entristecen, que irritan, que desprecian’”, señaló citando al pontífice.

El cardenal Poli completó ese párrafo del Papa expresando: “Nuestro corazón es una fuente capaz de decir cosas muy buenas, pero cuando el corazón está minado, de la fuente sacamos mentira, insulto, desprecio, lo contaminamos todo con nuestras palabras y gestos”.

“Así no podemos vivir la Cuaresma”, advirtió, y subrayó: “Todos los que participan de esta misa cuando recibamos la voz de la Iglesia que llama a sus hijos a la conversión del corazón. Animémonos a renovar la fe que viene de Cristo, de un Cristo vivo; a renovar la esperanza animada por el soplo del Espíritu Santo, y el amor. El amor que los cristianos tenemos como la principal de las virtudes, cuyo fuente inagotable es el corazón misericordioso del Padre”.

“Los obispos, sacerdotes y laicos que celebramos los misterios del Señor, a través de este medio, queremos llegar a los hogares o a los lugares donde se encuentran los que necesitan de la palabra de Dios y de sus sacramentos, los que necesitan de su gracia. Todos nosotros, les deseamos de corazón una serena, consoladora y santa Cuaresma”, concluyó.+