Mons. Buenanueva: Que el asombro nos lleve a la confianza en Jesús

  • 3 de febrero, 2021
  • San Francisco (Córdoba) (AICA)
En una nueva entrega de sus reflexiones sobre el Evangelio, el obispo de San Francisco, monseñor Sergio Osvaldo Buenanueva, se refirió a la "autoridad" de Jesús.

"Autoridad" es la palabra elegida por el obispo de San Francisco, monseñor Sergio Osvaldo Buenanueva, para titular su reflexión semanal sobre el Evangelio en el periódico "La Voz de San Justo".

En el último domingo de enero, el prelado citó un pasaje del Evangelio de Marcos: “Entraron en Cafarnaúm, y cuando llegó el sábado, Jesús fue a la sinagoga y comenzó a enseñar. Todos estaban asombrados de su enseñanza, porque les enseñaba como quien tiene autoridad y no como los escribas".

"Ojalá también nosotros, como aquellos paisanos de Cafarnaúm, podamos asombrarnos de la autoridad con que Jesús enseña y predica la Buena Noticia. Es una gracia que podemos pedir al Espíritu Santo este domingo", reflexionó al respecto.

"La palabra 'autoridad' tiene entre nosotros mala prensa. Y por razones comprensibles: en ocasiones, nuestra experiencia cotidiana del ejercicio del poder suele ser más de abuso autoritario que de servicio", consideró.

"Sin embargo, la autoridad ejerce Jesús es de otra naturaleza. No indica exceso abrumador de poder o capacidad de anular al otro. Es todo lo contrario: es un poder bueno, que da vida y dignifica. Y se expresa en su palabra, capaz de llevar libertad a quien vive sometido a toda forma de esclavitud. Como le ocurrió a aquel pobre hombre en la sinagoga de Cafarnaúm, del que nos habla el evangelio de este domingo", explicó.

"¿El secreto de este “estilo” de autoridad? Dios, el Padre. En Jesús, el Hijo, nos alcanza el poder más puro y genuino: el amor creador y sanante de Dios. Y, por el Espíritu, esa autoridad sigue ahí, esperándonos para tocar nuestra mente y nuestro corazón", afirmó.

"Es lo que ocurre cuando, con una fe viva que busca, escucha y medita, nos acercamos a celebrar la Eucaristía dominical. Buscamos el encuentro con el Señor, que su Palabra nos ilumine y, como con aquel endemoniado, también saque a la luz todo lo que nos deshumaniza. Que el asombro nos lleve a una confianza cada vez más radical, valiente y decidida en su Persona".

"Señor Jesús, danos tu Espíritu. Que podamos experimentar la potencia de tu Palabra. Ella es espada filosa que nos hiere, nos interpela y también nos cura, iluminándonos con su luz poderosísima. Que no nos alejemos de la comunidad que es el lugar donde la Palabra ejerce su mayor poder transformador. Amén", rezó.+