Mons. Conejero Gallego animó a "enfrentar con serenidad y sabiduría este mal que aflige"

  • 26 de enero, 2021
  • Formosa (AICA)
Con una frase de San Francisco de Sales, el obispo de Formosa pidió respeto a la humanidad y dignidad del ser humano.

El obispo de Formosa, monseñor José Vicente Conejero Gallego, celebró la misa del tercer domingo del tiempo durante el año, domingo de la Palabra de Dios, en la catedral diocesana. 

Al comienzo de su homilía, habló sobre el lema de este domingo, propuesto por el papa Francisco, como “una invitación del apóstol Pablo a mantenernos firmes en la Palabra de la vida”. Seguidamente, hizo referencia al tiempo de pandemia mencionando que en el último tiempo “se han intensificado los problemas en nuestra provincia y en el mundo entero”.

Por eso, rogó al Señor “nos dé la fuerza necesaria para saber enfrentar con serenidad y sabiduría este mal que aflige a toda la humanidad. Quienes tenemos confianza en el Señor y creemos en Él tenemos la certeza y la seguridad de que Él está siempre con nosotros”. 

Hablando de la “triste confrontación” y de la “muerte de amigos y seres queridos” recordó el dicho “No hay mal que por bien no venga”: “Con este mal están aflorando dentro de nuestros corazones deseos, anhelos, búsquedas sinceras de respeto a la dignidad de la persona humana y gestos solidarios”.

Luego hizo mención al mensaje para la 55 Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales, publicado por el Papa el 23 de enero: “El tema reflexiona sobre las palabras ‘Ven y lo verás’. Hay que ver, experimentar, ir allá donde está la realidad como una presencia que siempre es superior a las redes sociales, porque la presencia física es insustituible”.

Además, recordó el santo del día, San Francisco de Sales, “este gran santo de la dulzura y de la mansedumbre, del que necesitamos tanto su carisma”. En este sentido, mencionó “una frase proverbial que iluminó mucho a los comunicadores y educadores: ‘Todo por amor, nada por la fuerza’. Estas palabras podrían aplicarse a todos los ámbitos, al eclesial y a las relaciones humanas, sociales, políticas y económicas. Es respeto a la humanidad y dignidad del ser humano”. 

Finalmente llamó a la comunidad a estar atentos siempre a la palabra de Dios que es Jesucristo: “Él es la palabra eterna del Padre que se ha hecho carne y ha venido a habitar con nosotros. Pero también llamamos así a la Sagrada Escritura, inspirada por el Espíritu Santo que la Iglesia nos propone siempre para su lectura y meditación”.+