Mons. Fenoy: "Navidad, alegría profunda que nace de la Buena Noticia"

  • 23 de diciembre, 2020
  • Santa Fe (AICA)
"Cuando su Palabra resuena en el silencio de nuestro corazón, la angustia pierde su fuerza, el llanto se hace felicidad y esperanza madura", expresó en su mensaje el arzobispo santafesino.

El arzobispo de Santa Fe de la Vera Cruz, monseñor Sergio Alfredo Fenoy, junto con el equipo del Servicio Bíblico Arquidiocesano, enviaron un mensaje a la comunidad diocesana con motivo de la Navidad.

“La Navidad es la alegría profunda que nace de la Buena Noticia: Dios se hizo hombre para que nosotros compartamos su amor y su vida”, comienza expresando el mensaje. “El Todopoderoso se hizo vulnerable para que lo podamos encontrar en lo pequeño y cotidiano. El Eterno entró en la historia para hacer de cada tiempo un sacramento de su presencia”.

Sobre el tiempo presente, comentaron que “todo tiempo, con sus luces y sus sombras, se llena de sentido porque Él está con nosotros”. Entonces también este año, “con su gran carga de dolor y dificultades, no es una excepción. La Palabra se vuelve a encarnar una y otra vez en nuestra historia y en nuestra realidad. Ella se hace presente, se hace cercana para contagiarnos su vida y entusiasmarnos a vivir en plenitud”.

Haciendo mención a los desafíos presentes, señalan que “como nunca, se hizo verdad encarnada la expresión: “Iglesia doméstica”, porque la familia como pudo mantuvo viva la llama del amor y de la esperanza. Fue una providencial ocasión para darnos cuenta que el Evangelio de la misericordia se vive en lo cotidiano, que nadie puede salir solo de las diversas situaciones y que la familia es importantísima para caminar en la fe”. 

Luego tomaron la palabra “todos”, como la que “resuena como eco en nuestros corazones”: “Todos hermanos. Todos juntos. Todos Iglesia”. “Jesús, la Palabra del Padre, nacido del sí bendito de María, en la fragilidad de un niño recostado en el pesebre, ilumina todas las oscuridades más hondas vividas en este tiempo, superando el miedo, la angustia y el desconcierto. Él es la Verdad y la Vida, Él nos muestra que aún en las situaciones más difíciles el amor nos hace más fuerte, siempre sana y fortalece. Además, cuando su Palabra resuena en el silencio de nuestro corazón, la angustia pierde su fuerza, el llanto se hace felicidad y esperanza madura”. 

"Firmes mirando al cielo, con los pies sobre la tierra, guiados por la estrella de Belén, lleguemos al pesebre donde todos los años se renueva el milagro de amor más grande, donde Dios se hace uno de nosotros”. 

Por último confiaron la arquidiócesis a María, “Madre de la Palabra de Vida, que Ella nos ayude a balbucear su ‘Hágase’ y a conservar todo lo que no entendemos en nuestro corazón”.+

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