Más de 300 cristianos son encarcelados cada mes a causa de su fe

  • 27 de noviembre, 2020
  • Roma (Italia) (AICA)
"Libera a tus prisioneros", así titula la Fundación Pontifica Ayuda a la Iglesia Necesitada su último informe

Cada mes, más de 300 cristianos en 50 países del mundo son encarcelados injustamente a causa de su fe: éste es el dramático dato que surge del Informe “Libera a tus prisioneros”. Un informe sobre los cristianos injustamente detenidos a causa de su fe”, elaborado por la Fundación Pontificia “Ayuda a la Iglesia Necesitada”.

En el estudio se informa de casos concretos de cristianos detenidos principalmente en cuatro países (Nigeria, Eritrea, Pakistán y China), analizando el encarcelamiento por motivos de conciencia, la detención arbitraria, los juicios injustos, las condiciones inadecuadas de las cárceles, los casos de tortura y las presiones para inducir a las personas a abandonar su fe. En Nigeria, por ejemplo, el secuestro de cristianos es el fenómeno más grave.

Cada año más de 220 fieles son secuestrados y encarcelados injustamente por grupos de milicias yihadistas. Los secuestros por rescate a menudo terminan en el asesinato de sacerdotes católicos y pastores protestantes. Lo mismo ocurre en Egipto, donde jóvenes cristianas coptas son secuestradas y obligadas a casarse con sus secuestradores no cristianos, mientras que en Eritrea se estima que más de mil fieles cristianos están injustamente encarcelados.

Conversiones forzadas de niñas y jóvenes
Si observamos a Asia, el escenario es igualmente grave: en Pakistán, anualmente hay unos mil casos de conversiones forzadas de niñas y jóvenes cristianas e hindúes, mientras que en Corea del Norte hay unos 50 mil cristianos en campos de trabajo, es decir, casi el 50% del total de los detenidos. En Myanmar, además, se estima que a partir del año 2018 el ejército interrogó y arrestó a 100 pastores y reclutó a estudiantes cristianos por la fuerza.

El informe también destaca “el impacto devastador y sin precedentes” que el Covid-19 tuvo en la detención injusta. En particular, Ayuda a la Iglesia Necesitada explica que “tres factores clave causaron el deterioro de la situación: En primer lugar, el cierre parcial o total de los tribunales y otras actividades jurídicas causó más demoras a los cristianos detenidos en espera de la apelación”; en segundo lugar, “desde que los servicios religiosos se pusieron en línea en respuesta al virus y en consonancia con el cierre y otras medidas de seguridad, los gobiernos autoritarios aumentaron la vigilancia y la represión de los que fueron descubiertos participando en presuntas actividades ilegales”.

Por último, la pandemia brindó a los perseguidores la oportunidad de atacar mientras toda la atención se centraba en hacer frente a la emergencia del coronavirus. Ayuda a la Iglesia Necesitada recuerda también que “como se demostró en numerosos informes especializados, los cristianos constituyen la comunidad religiosa más afectada”. 

Según el "Pew Research Center", “el injusto encarcelamiento de los cristianos, tanto por parte de los Estados como de sujetos no gubernamentales, se presenta como una violación de los derechos humanos en 143 países donde existen graves vejaciones”.

En el informe también se destaca un elevado número de “grupos religiosos minoritarios afectados por detenciones injustas” y, por lo tanto, se reitera la necesidad de “actuar con prontitud”, porque “durante demasiado tiempo se ha subestimado el odio religioso en la explicación del fenómeno de las detenciones injustas”, lo que pone a las minorías religiosas en un riesgo cada vez mayor.

Asia Bibi y padre Paolo Dall’Oglio
Cabe señalar que el estudio de esta Fundación Pontificia se abre con dos figuras-símbolo de la persecución por causa de la fe: la primera es Asia Bibi, la mujer cristiana pakistaní falsamente acusada de blasfemia y encarcelada durante nueve años. Ella es la que firma el prefacio del Informe y nos recuerda que “es hora de decir la verdad a los que están en el poder para que los que, desafiando la ley, retengan a personas inocentes, sean finalmente llevados ante la justicia. Es hora de que los gobiernos actúen. Es hora de manifestarse en defensa de nuestras comunidades de fieles vulnerables, pobres y perseguidos. No debemos detenernos hasta que el opresor, finalmente, escuche nuestro grito: ‘Liberen a sus prisioneros´”

La segunda figura recordada es, en cambio, la del padre Paolo Dall'Oglio, secuestrado en Siria el 29 de julio de 2013 y de la que la Fundación subraya: “Pocas personas se han ocupado de la libertad religiosa tanto como él, pocos han sufrido más por sus convicciones que él”, y concluye: “El padre Paolo es uno de los cinco sacerdotes, entre los cuales dos son obispos, secuestrados por Daesh (Isis) en Siria en 2013: hombres de fe cuyo lugar de detención no se conoce ni se sabe si están muertos o aún vivos”. +