El Papa se une a los festejos por los 300 años de los Pasionistas

  • 19 de noviembre, 2020
  • Ciudad del Vaticano (AICA)
"Sean profetas del amor del Crucificado en un mundo", pide Francisco a los pasionistas al inicio de su Jubileo.

El papa Francisco se une a las celebraciones jubilares del tercer centenario de la Congregación de la Pasión de Jesucristo (Pasionistas), que dará comienzo al Año Jubilar, el domingo 22 de noviembre, por medio de un mensaje, fechado el 15 de octubre y difundido hoy por la Oficina de Prensa de la Santa Sede.

“El carisma de ustedes -dice el Papa a los pasionistas- como todo carisma de vida consagrada, es irradiación del amor salvífico que brota del misterio trinitario, se revela en el amor del Crucificado, se derrama sobre la persona elegida por la providencia y se extiende a una comunidad concreta, para implantarse en la Iglesia como respuesta a las necesidades particulares de la historia”.

Francisco subraya que “para que el carisma perdure en el tiempo, es necesario que pueda adherirse a las nuevas necesidades, manteniendo vivo el poder creativo de los inicios”.

El pontífice anima a los pasionistas a vivir este Jubileo como “una oportunidad providencial para que puedan encaminarse hacia nuevos objetivos apostólicos, sin ceder a la tentación de «dejar las cosas como están»”.

Para esto el Santo Padre los exhorta a estar “en contacto con la Palabra de Dios en la oración y la lectura de los signos de los tiempos en los acontecimientos cotidianos, que los harán capaces de percibir el soplo creativo del Espíritu que alienta en el tiempo, señalando respuestas a las expectativas de la humanidad: a nadie se le escapa que hoy vivimos en un mundo en el que ya nada es como antes”.

Francisco advierte en el texto que “la humanidad se encuentra en una espiral de cambios que cuestiona no sólo el valor de las corrientes culturales que hasta ahora la han enriquecido, sino también la íntima constitución de su ser. La naturaleza y el cosmos, sometidos al dolor y a la caducidad de las manipulaciones humanas, asumen preocupantes rasgos degenerativos”, de ahí que pida a los pasionistas “que encuentren nuevos estilos de vida y nuevos lenguajes para anunciar el amor del Crucificado, testimoniando así el corazón de su identidad”.

Gratitud, profecía y esperanza
En su mensaje el pontífice retoma los tres aspectos que los pasionistas profundizaron en su último capítulo: gratitud, profecía y esperanza. 

“La gratitud -explicó el Papa- es la experiencia de vivir el pasado en la misma actitud del Magnificat y caminar hacia el futuro en actitud eucarística. La gratitud de ustedes es fruto de la memoria passionis. El que vive inmerso en la contemplación y se dedica al anuncio del amor que se entrega por nosotros en la cruz, se prolonga en la historia, se siente realizado y su vida es feliz”, escribe Francisco.

“La profecía es pensar y hablar en el Espíritu. Esto es posible para el que vive la oración como aliento del alma, y puede acoger el impulso del Espíritu en lo íntimo de los corazones y en el conjunto de la creación. Entonces, la palabra anunciada siempre se adapta a las necesidades del presente. Que la memoria passionis los convierta en profetas del amor del Crucificado en un mundo que está perdiendo el sentido del amor”. 

“La esperanza es ver en la semilla que muere, la espiga que rinde el treinta, el sesenta, el cien por cien. Se trata de percibir que en sus comunidades religiosas y parroquiales, cada vez más reducidas, continúa la acción generadora del Espíritu, que garantiza la misericordia del Padre que no nos abandona”, expresa el pontífice en su mensaje.

Francisco recuerda a los pasionistas las palabras de su fundador, san Pablo de la Cruz, quien definía la Pasión de Jesús como «la obra más grande y maravillosa del amor de Dios». 

“Sentía que ese amor le abrasaba y hubiera deseado incendiar el mundo con su personal actividad misionera y la de sus compañeros", subraya el Papa y añade: “Es muy importante recordar que «la misión es una pasión por Jesús, pero al mismo tiempo, una pasión por su pueblo. Cuando nos detenemos ante Jesús crucificado, reconocemos todo su amor que nos dignifica y nos sostiene, pero allí mismo, si no somos ciegos, empezamos a percibir que esa mirada de Jesús se amplía y se dirige llena de cariño y de ardor hacia todo su pueblo”. 

Comprometidos con las necesidades de la humanidad
Por último, el papa Francisco exhorta a los pasionistas a “reforzar su compromiso en favor de las necesidades de la humanidad”. 

“Esta urgencia misionera se dirige sobre todo hacia los crucificados de nuestro tiempo: los pobres, los débiles, los oprimidos y los descartados por las muchas formas de injusticia. El cumplimiento de esta tarea requerirá por parte de ustedes un esfuerzo sincero de renovación interior, que deriva de la relación personal con el Crucificado-Resucitado”. 

“Solamente, concluye el mensaje del Santo Padre, el que está crucificado por amor, como lo fue Jesús en la cruz, es capaz de socorrer a los crucificados de la historia con palabras y acciones eficaces. No es posible convencer a los demás del amor de Dios solamente a través de un anuncio de palabra e informativo. Se necesitan gestos concretos que hagan experimentar ese amor en nuestro mismo amor, que se da compartiendo situaciones de crucifixión, gastando la vida hasta el final, dejando siempre claro que, entre el anuncio y su acogida en la fe, media la acción del Espíritu Santo”.

Al encomendarlos especialmente a la protección de la “Madre del Crucificado-Resucitado” y a la intercesión de san Pablo de la Cruz, el Papa les imparte “de corazón la bendición apostólica a toda la familia pasionista y a todos los que participen en las diversas celebraciones del solemne jubileo”.

Año Jubilar
La Congregación de la Pasión de Jesucristo (Pasionistas) dará comienzo al Año Jubilar, con motivo del tercer centenario de su fundación, el próximo domingo 22 de noviembre, a las 10.30, en la Basílica de los santos Juan y Pablo, en Roma, con la apertura de la Puerta Santa, seguida de la celebración eucarística, presidida por el cardenal Pietro Parolin, Secretario de Estado Vaticano.

El lema del Jubileo, que celebra 300 años de anunciar la Pasión de Jesús como la máxima expresión del amor de Dios para todas las gentes y toda la creación, es “Renovar nuestra misión: gratitud, profecía, esperanza”.

El Año Santo se extenderá hasta el 1° de enero de 2022 y es para los Pasionistas una ocasión para la renovación interior, profundización y actualización del carisma, como lo recoge el tema elegido. Este enfoque de mantener vivo y promover el carisma fue el eje del 47° Capítulo General de 2018 y lo será también en el próximo Sínodo de la Congregación en 2021. 

Durante el Jubileo, se celebrará en la Universidad Lateranense de Roma, el Congreso Internacional “La sabiduría de la cruz en un mundo plural”, que tendrá lugar del 21 al 24 de septiembre de 2021. 

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