Card. Poli: "San Martín de Tours nos enseña a no ser indiferentes"

  • 11 de noviembre, 2020
  • Buenos Aires (AICA)
"Una de las más crueles actitudes que tenemos los porteños es creer que nos salvamos solos", reconoció, y pidió que el ejemplo del santo sirva para "no ser indiferentes ante el dolor de los demás".

El arzobispo de Buenos Aires, cardenal Mario Aurelio Poli, presidió la misa por la fiesta de San Martín de Tours, patrono de la arquidiócesis y la ciudad, en la capilla del Santísimo Sacramento de la catedral metropolitana, donde se exhibieron las reliquias del santo.

“Celebramos con alegría la fiesta de nuestro santo patrono”, expresó, y destacó: “Esta diócesis de la Santísima Trinidad cumple 400 años, aun con el estrecho margen que nos dio todo lo sucedido, hemos celebrado con memoria agradecida estos cuatro siglos”.

El purpurado recordó que algunos años antes la ciudad ya tenía la protección de San Martín de Tours, al indicar que “documentos que hoy se guardan en el Archivo de la Nación Argentina hay un acta de 1580”.

“El incipiente Cabildo de Buenos Aires eligió un patrono y sabemos que una, dos y tres veces tuvieron que sacarlo. Y, sin embargo, siempre apareció el nombre de San Martín de Tours. Hasta que se convencieron que era un signo del cielo, esto de tener un santo francés”, agregó.

El arzobispo porteño subrayó que San Martín de Tours demostró en su vida, muchas veces, que “supo descubrir la figura de Jesús en el prójimo” y citó una y más anécdotas que, dijo, “pintan de cuerpo entero a nuestro santo”.

“Todos los pueblos merecen el santo que tienen. Y tienen cualidades, dones, talentos, virtudes, que poquito a poco en la historia se fueron desarrollando y, como una lluvia de gracias, sobre los ciudadanos de Buenos Aires durante todos estos siglos”.

El cardenal Poli puntualizó algo particular de San Martín de Tours que lo hace pensar, y reflexionó: “Hoy somos más de 3 millones y medio de habitantes que dormimos en Buenos Aires, pero de día, de lunes a sábado su número se duplica con gente que viene por trabajo, por cultura, estudio, comercio, recreación. Somos muchos millones y el santo nos enseña a no ser indiferentes”.

“Una de las más crueles actitudes que tenemos los porteños es creer que ‘nos salvamos solos’, como decía el Papa el 27 de marzo. Y Martín no fue indiferente, supo descubrir en el pobre, y esto se revela durante toda su vida, la presencia de Jesús”.

“Toda vida es una historia sagrada, eso es lo que pensaba Martín. Todo hombre es mi hermano. Que el Señor nos conceda esta gracia, no ser indiferentes ante el dolor de los demás. Que San Martín de Tours, con su protección, nos recuerde siempre esta gracia del cielo”, concluyó.+