Mons. Colombo alienta a estar siempre preparados para recibir a Jesús

  • 10 de noviembre, 2020
  • Mendoza (AICA)
El arzobispo de Mendoza invitó a hacerlo en la vivencia de la justicia en los vínculos, en el seguimiento de la ley del amor y en las "invitaciones del Señor a acogerlo, sobre todo en los más pobres".

El arzobispo de Mendoza, monseñor Marcelo Daniel Colombo, presidió la misa dominical en la parroquia Nuestra Señora de la Consolata, de la localidad mendocina de Guaymallén, donde aseguró que la parábola de las vírgenes prudentes y las vírgenes necias, siempre provocan “una reflexión llena de matices”.

“Nos resulta incomprensible la falta de previsión para un servicio que las requería bien preparadas. Pero también nos apena y duele su apartamiento de la fiesta, cuando consideramos las consecuencias de su obrar”, expresó en la homilía.

El prelado puso como ejemplo la experiencia en las parroquias, donde los sacerdotes valoran lo que hacen las comunidades para preparar las celebraciones patronales, las misas de Primera Comunión o de Confirmación, pero también es sabido que, a veces, un pequeño detalle que se escapa a los organizadores puede malograr la fiesta.

“Estar atentos, asegurar que cada uno cumpla su misión según lo previsto, ayuda a celebrar con alegría y en plenitud el encuentro”, precisó.

Monseñor Colombo explicó que “Jesús con esta parábola enseña a permanecer preparados para el encuentro con Él. Velar no significa solamente no dormir, sino estar preparados; de hecho, todas las vírgenes se duermen antes de que llegue el novio, pero al despertarse algunas están listas y otras no”.

“La boda nos habla del encuentro definitivo de Dios con la humanidad. Esa fiesta largamente anhelada es el encuentro pleno y total con Dios. ¿Cómo no estar preparados para ello? Perdernos ese encuentro para nosotros los cristianos sería tremendo”, advirtió.

“Nosotros como esas vírgenes prudentes, deberíamos estar atentos a todos los detalles, especialmente a los imprescindibles, los esenciales. Se trata fundamentalmente de asegurar en nuestras vidas la preparación interior, la vivencia de la justicia en nuestros vínculos, el seguimiento profundo, sentido, de la ley del amor, las distintas invitaciones del Señor a acogerlo sobre todo en los más pobres”, puntualizó, y concluyó: “La Palabra de Dios de hoy nos invita a tener en cuenta esta capacidad que nos pide el Señor para poder recibirlo a tiempo y así estar siempre que Él venga para buscarnos”.

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