Mons. Aguer pidió recuperar el sentido auténtico del mérito

  • 12 de noviembre, 2020
  • La Plata (Buenos Aires) (AICA)
Mons. Héctor Aguer sostuvo que hay que recuperar el sentido del mérito y que la Constitución exige como único requisito para un cargo público la idoneidad.

En su comentario en el programa Claves para un Mundo Mejor, emitido el 7 de noviembre por canal 9 de TV, el arzobispo emérito de La Plata, Mons. Aguer, sostuvo que hay que recuperar el sentido genuino del mérito. Aludiendo a que recientemente el presidente de la República habló contra la meritocracia, recordó que la Constitución Nacional reconoce como único requisito para ejercer un cargo público la idoneidad no el amiguismo, no ser correligionario, no el aplaudir al mandamás. Por eso el concepto del mérito es algo fundamental que tenemos que recuperar”.


El mérito es una realidad humana

Monseñor Aguer, que además de obispo es miembro de la Academia Nacional de Ciencias Morales y Políticas, comenzó su comentario manifestando que “las acciones humanas, nuestras conductas, no son indiferentes, tienen alguna consecuencia: si obramos bien podemos esperar ser reconocidos, podemos esperar tener una recompensa, pero si obramos mal podemos esperar una sanción. Existe una realidad profundamente humana y es esta: el resultado de nuestras acciones es lo que en la tradición filosófica y teológica se llama el mérito. Nuestras acciones merecen o desmerecen. Lo del mérito es una realidad humana fundamental y no hay que pensar que el mérito significa egoísmo o creerse superior a los demás, no debe por qué entenderse de esa manera”.

“Existe una igualdad entre todos los hombres, una igualdad que es una igualdad desigual porque cada uno es cada uno y con su conducta va labrando una senda, mostrando un camino y, en todo caso, merece el reconocimiento en el orden de la vida civil”.

Una rémora marxista
“Hace poco el Presidente de la Nación habló en contra del mérito tal vez creyendo que es una cosa neoliberal y que, en el fondo, implica desconocer la igualdad y llegó a decir esto -una especie de rémora marxista-, que los ricos tienen más posibilidades que los pobres, que los ricos siempre encuentran un lugar pero en cambio los pobres no tienen oportunidades. ¿Eso es así? En realidad no importa solamente el dinero, la posición social, la familia en que se ha nacido sino que importa mucho sí la educación que uno recibió en su casa, por ejemplo. ¿Dónde se moldea la personalidad de un niño? Se moldea en la familia, en la escuela. Pero claro hoy la familia casi no existe y existen huérfanos de padres vivos. La escuela a veces es una calamidad donde ni siquiera se aprende a leer y escribir correctamente y mucho menos se puede esperar recibir una formación. Y si la cultura arrasa con todo lo meritorio entonces caemos en una gran confusión”.

Dependen de las dádivas del Estado
“Creo que el Presidente está muy equivocado. ¿Por qué? Porque él al hombre meritorio que con su trabajo digno consigue progresar él y su familia, prefiere a los clientes. El Gobierno de hoy tiene un montón de clientes que dependen de las dádivas del Estado. Y eso porque no se creó trabajo genuino, y como a consecuencia de esta pandemia cerraron negocios, empresas, sobre todo pequeñas empresas, quedó muchísima gente desocupada, pareciera que tenemos que estar siempre sujetos a las dádivas del Gobierno. Y el movimiento al que el Presidente pertenece, siempre pensó hacer clientes para que después los voten. A lo mejor no los votan pero la intención es esa seguramente”.

La meritocracia es la idoneidad
“Así no se moldea una sociedad justa, verdaderamente justa y que progresa", continuó su reflexión monseñor Aguer. "Una sociedad tiene que basarse en el trabajo genuino y en el mérito. Para eso hace falta una familia, una escuela que eduque verdaderamente y hacen falta todos esos elementos que tienden a humanizar a las personas y a hacer más humana la sociedad”.

“Es cierto que hay muchas injusticias y muchos crímenes como vemos todos los días, pero a cada uno de ellos los vamos a juzgar en particular. Pero hay también una situación que invita, que empuja a lo ilegítimo, a lo ilegal, a lo malvado. Si no hay trabajo, si no se educa, si no hay familia ¿qué hace el hombre? El hombre se pierde”.

“Por eso digo q1ue hay que recuperar el sentido auténtico del mérito. El Presidente habló contra la meritocracia que puede entenderse mal ciertamente en un sentido egoísta pero puede entenderse bien porque la meritocracia es la idoneidad. La Constitución Nacional pide como único requisito para obtener un cargo público la idoneidad no el amiguismo, no al proselitismo, no al que aplaude al mandamás. Por eso el concepto del mérito es algo fundamental que tenemos que recuperar”.

El mérito es también una realidad cristiana
“Así también hay un mérito en el orden de la vida de la Gracia. Nosotros no merecemos, ciertamente, el ser cristianos, no merecemos la Gracia por la que recibimos el perdón de los pecados, pero fundados en esa Gracia hay un mérito de la Gracia con la ayuda del Espíritu Santo que nos hace crecer en la Gracia de Dios para progresar en la vida cristiana, esperar la santidad y nos hace merecer la vida eterna como enseña la Iglesia. Pero el mérito es una realidad humana y cristiana que no se puede soslayar. Les dejo esto para que lo piensen porque me parece que es muy importante”, concluyó monseñor Aguer.+