Repudio argentino por la quema de lugares de culto en Chile

  • 21 de octubre, 2020
  • Buenos Aires (AICA)
Organizaciones interreligiosas y ecuménicas expresaron dolor e indignación por los ataques perpetrados en una jornada de protestas a un año del levantamiento popular contra las autoridades trasandinas

Organizaciones interreligiosas y ecuménicas argentinas expresaron su repudio enérgico por los ataques a lugares de culto en Chile, perpetrados durante una jornada de protestas a un año del levantamiento popular contra las autoridades en el país vecino.

Manifestantes incendiaron el templo de San Francisco de Borja, de la capital trasandina, además de saquearlo y quemar imágenes religiosas. También quemaron la antigua iglesia de la Asunción, cuya cúpula cayó por acción del fuego.

El Consejo Argentino para la Libertad Religiosa expresa su dolor e indignación por los ataques registrados en Santiago de Chile que produjeron la quema de la iglesia San Francisco de Borja y la iglesia de la Asunción, una de las más antiguas de la capital, con más de un siglo y medio de antigüedad.

Ambas iglesias fueron atacadas por encapuchados.

El Calir viene siguiendo con inquietud este tipo de episodios en las instituciones religiosas, incidentes que por desgracia se han incrementado en el mundo en los últimos tiempos.

Hechos de estas características menoscaban no sólo el sentimiento de los fieles católicos sino de todos los que adhieren a una iglesia, comunidad o confesión religiosa y además de todas las personas que creen en los valores del pluralismo.

Deseamos destacar que los actos de agresión o vandalismo en un lugar de culto merecen nuestro más firme repudio, porque lesionan el sentimiento religioso de los fieles, que es uno de los aspectos que precisamente tutela el derecho humano a la libertad religiosa.

Expresamos nuestra preocupación que la reiteración de estos graves hechos lleve a reducirlos a meros hechos de inconducta social cotidiana.

Si nuestro objetivo como sociedad es avanzar hacia una democracia plena y hacia la construcción de ciudadanía, hechos de estas características marchan en el camino exactamente opuesto.

Firman Juan Navarro Floria, presidente, y Raúl Scialabba, Vicepresidente

La Confraternidad Argentina Judeo Cristiana repudia enérgicamente el incendio provocado en las iglesias San Francisco de Borja y de la Asunción, por manifestantes  enmascarados, en el día en que decenas de miles de chilenos salieron a la calle a conmemorar un año del estallido social.

La cúpula de la iglesia de la Asunción, una de las más antiguas de la capital chilena, se precipitó al suelo en llamas.

La iglesia de San Francisco de Borja, usada regularmente por los Carabineros para sus ceremonias institucionales, fue saqueada y algunas de sus imágenes religiosas, quemadas en la calle, causando indignación y tristeza.

Desde nuestro lugar seguiremos bregando a fin de que sucesos como los acontecidos en la nación hermana no vuelvan a repetirse, porque ello atenta contra nuestro espíritu democrático que nos retrotrae a los acontecidos en nuestro país, en épocas lejanas.

Estos hechos de violencia no deben repetirse porque aspiramos a vivir en paz y fraternidad, sin temores ante quienes no buscan construir hacia adelante sino a destruir todos los valores que hacen superarnos como personas.

Nos hacemos eco de lo expresado por el arzobispo de Santiago de Chile, Mons. Celestino Aós, OFM

"La violencia es mala, y quien siembra violencia cosecha destrucción, dolor y muerte. Nunca justifiquemos ninguna violencia".

Suscriben Martha de Antueno, presidenta; Eduardo D. Levin, vicepresidente, y María Grandoli, secretaria ejecutiva.

La Asociación Bautista Argentina expresa su repudio, dolor y solidaridad a la comunidad católica chilena ante un nuevo hecho vandálico, en este caso  la quema en Santiago de Chile de la Iglesia San Francisco de Borja y de la Iglesia de la Asunción, una de las más antiguas de la capital, con más de un siglo y medio de historia.

Denunciamos de esta forma, las expresiones de violencia sin sentido que lamentablemente se siguen repitiendo en distintos lugares del mundo, todas ellas fuertemente antidemocráticas  y con contenido antirreligioso.

No debemos permanecer callados y debemos repudiar estos irracionales ataques.

Cualquiera sea el credo, estos ataques que son a lugares de fe, oración y encuentro espiritual no sólo ofenden a Dios sino como en este caso a la comunidad cristiana toda.+