Mons. Ojea: Este momento tan difícil requiere "regenerar"

  • 27 de septiembre, 2020
  • San Isidro (Buenos Aires) (AICA)
"Para asumir el desafío que tenemos delante, tenemos que estar más juntos que nunca, y el Papa invita a soñar que eso es posible", sostuvo el obispo, y completó: "Tenemos que aprender a convivir".

El obispo de San Isidro, monseñor Oscar Vicente Ojea, reflexionó sobre la parábola de los dos hijos, a los que su padre viñador les pide que trabajen en su viña y cada uno adopta una actitud distinta. Uno responde que lo hará, pero no lo hace. El otro le dice que no irá, pero termina haciéndolo toda la jornada. 

Enfocándose en la actitud del primero, el prelado afirmó que "dice que sí pero no va; es una total incoherencia de vida: una cosa es lo que dice, otra es lo que hace”, y recordó: “Va a decir Jesús: atan pesadas cargas en los hombros de los demás, pero no la mueven ni siquiera con un dedo”.

“El ‘sí’ que le dan también puede ser un ‘sí’ formal, para quedar bien. Miraban por encima del hombro a los demás con un cierto desprecio: es como si necesitaran crear un enemigo para sentirse más seguros y de esta manera escuchar a quienes quieren escuchar, y por decreto eliminar a otros”, explicó.

Refiriéndose al principio de subsidiaridad abordado por el papa Francisco en su última catequesis, monseñor Ojea subrayó que “es un principio de cohesión social”

El obispo sanisidrense consideró que “para poder salir de esta crisis tremenda que nos va a dejar la pandemia, tenemos que cambiar y tenemos que participar todos” y puntualizó que "cada cual, desde su vocación, cada cual desde su lugar en la sociedad”.

“Cuando decimos ‘todos’, decimos todos los sectores sociales: los trabajadores; los empresarios, los que ocupan cargos de responsabilidad’”, puntualizó, y estimó que también habrá que considerar “a las referencias culturales y religiosas, que no pueden autorreprimir lo que piensan, lo que sienten, tampoco su ética”.

“Es el momento de hablar y repensar de alguna manera el país”, aseveró.

Monseñor Ojea luego se refirió al otro hijo de la parábola, al que dice que no, pero después se arrepiente y va: "Este viñador sabe esperar ese arrepentimiento”, indicó.

Luego el obispo comparó la situación expresando: "Qué importante es para los argentinos aprender a arrepentirnos. Hemos cometido tantos errores, tantas equivocaciones, y pocas veces lo admitimos; cuando nos arrepentimos de verdad, entonces sí podemos escuchar a todos los sectores, incluso a los más débiles y a los más vulnerables, porque como dice San Pablo: ‘todos los miembros del cuerpo son necesarios y los que parecen más débiles son más necesarios todavía’”.

Retomando el Evangelio, el prelado expresó que "el Señor supo esperar a este hijo que le dijo que no pero que después fue, y es el que realmente cumplió con la voluntad de Dios”.

Monseñor Ojea sostuvo que "para asumir el desafío que tenemos delante, tenemos que estar más juntos que nunca, y el Papa nos invita a soñar que eso es posible”, y advirtió que "es imposible vivir sin los otros, esto nos lo ha demostrado la pandemia, pero mucho más terrible es vivir contra los otros: no podemos crear enemigos por inseguridad. Tenemos que aprender a convivir".

“Que este padre viñador, el padre Dios, que invita a todos, que quiere que participen todos, pero que sabe que ese hijo segundo, es el que ha cumplido verdaderamente la voluntad de Dios. Que este padre Dios nos ayude en este momento tan difícil en el que tenemos que no solo que reconstruir, sino regenerar, dice el Santo Padre, es decir, volver a ser de nuevo algo que estaba mal hecho”, concluyó.+