"Encuentren una sola palabra donde el Papa justifique la toma de tierras"

  • 9 de septiembre, 2020
  • Buenos Aires (AICA)
Monseñor Alberto Bochatey atribuyó a una campaña en contra del pontífice que se diga que "promueve el pobrismo" y diferenció: "Cuando dice tierra, techo y trabajo es digno, no delincuencial".

El presidente de la Comisión Episcopal de la Pastoral para la Salud, monseñor Alberto Germán Bochatey OSA, obispo auxiliar de La Plata, calificó de “absurdo” que se diga que el papa Francisco justifique la toma de tierras, y atribuyó esta situación a una campaña en contra del pontífice y a la irresponsabilidad de ciertos líderes y comunicadores.

En declaraciones a Radio Grote, la emisora digital de la Federación de los Círculos Católicos de Obreros (FCCO), el prelado también habló de la preservación de la vida y la respuesta de las autoridades ante la pandemia del coronavirus.

“Encuentren una sola palabra donde el Papa justifique las tomas de terrenos, eso es absurdo. Ahora están con una campaña contra el Papa diciendo que él promueve el pobrismo, la toma de tierras, y es todo lo contrario: cuando dice tierra, techo y trabajo, es tierra, techo y trabajo digno, no delincuencial”, advirtió, y preguntó: ¿Dónde invita el Papa a que tomen la tierra?”

“Lo que dice es: ‘señores gobiernos (no, señores punteros o agrupaciones arbitrarias) si tiene un pueblo con déficit habitacional haga casas, planifique manzanas, use las tierras fiscales (que hay en abundancia), proteja la propiedad privada y haga barrios’”, aseveró.

Monseñor Bochatey sostuvo que lo único bueno que tiene esta polémica, es que desenmascara la campaña anticatólica y antipapa de la que viven algunos y recomendó leer al Papa y no lo que algunos dicen del él” y consideró: “Quieren ensuciar una figura mundial y eso es miserable, mentiroso”.

“Lo que siempre enseña la Iglesia es: ‘señores, todos necesitan un techo, necesitan agua y salud, un trabajo digno. El papa Francisco es un hombre que no descansa, en verano cambia su agenda y sigue trabajando dedicado al bien de las personas, al cuidado de la casa común. El mundo lo mira con admiración y aquí se lo quiere denigrar con palabras que muchos no serían capaces de decírselas en la cara... El Papa es un hombre que no tiene partido, anuncia el Evangelio a todos los que habitan la casa común y a las futuras generaciones”, aseguró.

Al profundizar sobre el conflicto por la toma de tierras, el obispo auxiliar platense lamentó que la ambigüedad sea “otro cáncer del cual no logramos salir y que necesitamos respuestas urgentes de las autoridades”.

“Señores, autoridades, gobernadores, intendentes, dígannos sí o no, de acuerdo con la justicia, de acuerdo con la caridad, de acuerdo con la solidaridad. ¿Es una buena política permitir ‘venderle’ engañosamente terrenos a la gente?”, reclamó a modo de interrogante.

Monseñor Bochatey estimó que “hay una gran crisis de liderazgo especialmente en el hablar claro y proponer normas a cumplir que sean lógicas, adecuadas a nuestra realidad social y económica” y opinó: “Decir que la vacuna está en la esquina o decir que hay una vacuna argentina que el gobierno oculta, o que llega la de China, etc. todas esas cosas destruyen muchísimo la confianza y la libertad de la ciudadanía que se angustia y busca soluciones menos responsables”.

El presidente de la Comisión Episcopal de Pastoral de la Salud aprovechó para hablar también del difícil momento que atraviesa el país por el Covid-19 y trajo a la memoria como algo positivo, que los líderes hayan asumido públicamente y  lo repiten frecuentemente, que hay que preservar la vida y recordó que esto debe perdurar incluso después de la pandemia.

“Hablemos lamentablemente de 400 mil infectados, 300 mil curados, 10 mil muertos, para 45 millones de habitantes o sea es el 1% de la población. Podemos decir que es mínima la cantidad de la población afectada y el país está parado. ¿Con esto qué se quiere decir? ¿Hay que dejar la cuarentena o el aislamiento? No, habrá que seguir y con más medidas, pero tal vez no éstas”, evaluó.

“Hay que dar un paso adelante: hemos escuchado que primero está la vida y luego la economía, primero está la vida y después la libertad que es uno de los grandes paradigmas de nuestro tiempo y de nuestra cultura.  El mismo Presidente ha dicho primero está la vida, eso es muy importante incluso para cuando pase todo esto y podamos darnos al diálogo democrático y sereno para replantearnos algunas leyes que incluyen la muerte (muchas más muertes que las del Covid-19) que están por venir. Sí, primero está la vida sin duda, pero que no nos chicaneen después”, exigió.

El obispo auxiliar subrayó que el miedo y el susto son los peores consejeros y pidió guiarse por dos palabras muy grandes, que tienen nombre y apellido: “El nombre, libertad y el apellido, responsable.  Ejerciendo la libertad responsable, nos encontraremos todos para superar las dificultades.

“Ya llegamos casi a los 10 mil fallecidos y no es para tomarlo a la ligera. No somos anticuarentena o procuarentena, esa dicotomía es una estupidez.  Lo que somos y debemos ser, es ser críticos de la efectividad que tiene la forma de cuidarnos que nos han mandado y parece que ha fallado o está fallando”, añadió.

“Por otro lado, los ciudadanos de a pie miran a los gobernantes buscando estadistas prudentes y que propongan grandes políticas de horizonte amplio, para enfrentar estos temas y encontramos a dirigentes que se pelean, que se culpan unos a otros como niños, que se escudan en un obscuro ‘yo no fui’ y se insultan como barras de tablón. Esto genera más angustia en la gente. Las autoridades no parece que tomaran con seriedad y en toda su dimensión la palabra angustia. Porque todo esto produce angustia, diferentes angustias, no sólo la de la muerte”, indicó.

Monseñor Bochatey cerró su intervención llevando calma ante el creciente número de contagios en las últimas semanas: “En la buena medicina se aplica el principio bioético de la proporcionalidad y el del riesgo. Nunca se va a querer matar a nadie, se hará todo lo posible para salvar a todos, para curarlos o para cuidarlos. Quedémonos tranquilos porque, aunque la ocupación de terapia intensiva es muy elevada, aún tenemos 30 o 40% de margen. Hay criterios para los que necesiten un respirador o la internación en terapia intensiva. Esperemos que no se llegue al límite de los recursos y acompañemos este momento con la oración, sabiduría y prudencia”.+