Mons. Montini llamó a ser solidarios, a imagen de San Cayetano

  • 7 de agosto, 2020
  • Paso de los Libres (Corrientes) (AICA)
El obispo de Santo Tomé, monseñor Gustavo Alejandro Montini, se dirigió a los fieles de Paso de los Libres al celebrarse las fiestas patronales en honor de San Cayetano.

Con motivo de las fiestas patronales en honor de San Cayetano, el obispo de Santo Tomé, monseñor Gustavo Alejandro Montini, envió un mensaje a los fieles de la comunidad de Paso de los Libres.

“Sepan descubrir detrás de este video el afecto y el deseo grande que tengo de estar celebrando con toda la comunidad, en medio de la situación en la que estamos, que no tenemos que enojarnos, no tenemos que desesperarnos, sino que es una circunstancia, que seguramente nos ayudará”, expresó.

“San Cayetano en ese sentido tiene mucho para decirnos: San Cayetano vivió en un tiempo muy complejo en lo cultural y en lo religioso. Justo en el tiempo de San Cayetano se daba la gran ruptura en la Iglesia que fue la reforma protestante”, recordó.

“Es interesante, porque San Cayetano ha sido como sintetizado aquí en la Argentina bajo estas imágenes del pan y del trabajo, que es una especie de síntesis de vida: No se puede ser feliz sin pan y sin trabajo”, afirmó

En ese sentido, aclaró: “No pensemos solamente en el pan y en el trabajo material, porque no somos solo esto. No solo de pan vive el hombre, ¿de qué le sirve al hombre tener todo si pierde su vida? Se trata también del trabajo y del pan espiritual que le da sustento a la persona para que pueda tener su pan y su trabajo material”.

“Y la liturgia de hoy lo celebra como acentuando dos cosas que quisiera rescatar: primero hace una referencia muy fuerte a la fe. ‘Felices los que temen al Señor, no se verán defraudados’, dice la primera lectura, que es lo mismo que decir: Felices los que creen en el Señor, felices los que esperan en el Señor, felices los que realmente tienen una fe profunda en el Señor, porque saben que el Señor está, porque el Señor nos fortalece, porque el Señor nos entrega el corazón, la serenidad y la fuerza para seguir floreciendo en medio de la situación en la que nos encontramos”.

“Es importante entonces alimentar nuestra fe, porque nuestra esperanza y nuestra serenidad no es fruto del optimismo, sino que es fundamentalmente fruto de una fe convencida en Dios. Este tiempo nos desafía y vamos a pedirle a San Cayetano que tengamos una fe profunda, por eso es importante que la alimentemos, por eso se habla del pan de la Palabra, se habla del pan de la Eucaristía, de alimentarnos con estas cosas que realmente fortalecen, fundamentan, hacen sólida nuestra fe para que crezca nuestra esperanza y para que sepan que Dios es capaz de hacer cosas maravillosas. Siempre Dios es capaz de hacer el bien, en todo lo que nos pasa, incluso en lo malo”, sostuvo.

“Una de las primeras cosas tiene que ver con la fe: ‘Felices los que temen al Señor, felices los que creen’. Pero el Evangelio nos habla de no amontonar, sino de dar limosna: ‘No amontonen bienes, denlo más vale a los demás, háganlos limosna’”, destacó. 

“Es interesante porque en realidad en este movimiento que nos presenta el Evangelio es poner al otro antes que nosotros. La limosna es un hecho que revela una grandeza, que revela una magnanimidad, me doy cuenta la necesidad del otro y que yo no puedo estar sin hacer nada, sin ayudar al otro, y esto es lo que ha hecho San Cayetano en su vida. San Cayetano ha visto la miseria que había en su tiempo y no se ha quedado cómodo pensando ‘que los demás se arreglen’, hizo lo suyo, hizo lo propio. No por nada él fue el creador del hospital de los incurables en Venecia, justamente atendiendo a los más pobres, dándose cuenta de que teníamos que estar muy atentos a aquellos que más necesitan”, resaltó.

“Fíjense qué lindo y qué interesante para nosotros en este tiempo: Ciertamente todos sentimos necesidades, carencias y demás, pero hay que estar atentos porque en realidad a veces a nosotros nos parece que nos falta todo, siendo que además hay otros que les falta muchísimo más que a nosotros. Y qué importante es tener esta suerte del reflejo de pensar que debemos ayudar a los otros, y no tenemos que imaginarnos grandes cosas: viviendo y practicando las indicaciones que se nos piden, es un gran gesto de solidaridad. Si nosotros nos ponemos el barbijo, si no salimos de nuestra casa, si conservamos la distancia social, si vivimos la cuarentena es un gran gesto solidario, porque en realidad si no lo hacemos estamos poniendo en riesgo a los demás, no estamos queriendo a los demás”, afirmó.

“Por eso nos quedamos frente a San Cayetano, nos encomendamos, le pedimos que nos alimente con el pan de la fe y el pan de la solidaridad. Nuevamente les deseo a toda la comunidad de San Cayetano y a toda la ciudad de los Libres una feliz fiesta patronal. Los encomendamos de modo muy especial a la intercesión fecunda, cierta, de este gran santo que nos quiere, nos protege y nos trae a Dios”, concluyó.+