A 75 años de su muerte, recuerdan al siervo de Dios Antonio Solari

  • 15 de julio, 2020
  • Buenos Aires (AICA)
A 75 años de la muerte del siervo de Dios Antonio Solari, la vicepostuladora de la Causa de Canonización, profesora Mabel Bacigaluppi, lo recordó en Radio Grote.

En el marco del 75° aniversario de la muerte del siervo de Dios Antonio Solari, la vicepostuladora de la causa de canonización, profesora Mabel Bacigaluppi, recordó en una entrevista al laico que se convirtió en el brazo derecho del padre Federico Grote formando las bases de la Federación de Círculos Católicos de Obreros.

“Fue laico, redentorista, vicentino y terciario dominico, como Manuel Belgrano, con carisma misionero de anunciar la Palabra de Dios. Lo que llama la atención de Solari es su misericordia, su bondad, generosidad, paciencia. Era un laico humilde, de bajo perfil y tenía algo claro: poner el eje de su vida en Jesús, cuando se encuentra con Jesús en la fe lo demás viene solo”, expresó en diálogo con el programa radial “En Clave Grote”.

“Un joven Antonio Solari, de apenas 22 años, ya daba evidencias de su cercanía con la vida laical”, destacó la profesora, y explicó que su vocación era la de ser sacerdote pero su destino fue otro tras la muerte de su padre y su hermano mayor, obligándolo a trabajar para acompañar a su madre y su hermana. Este laico es "un santo de saco y corbata", señaló, al que muchos fieles se acercan a su tumba, en la parroquia porteña de Nuestra Señora de las Victorias, para pedirle por "trámites urgentes o difíciles, que lo convierten en un San Expedito argentino", consideró.

Emocionada, la vicepostuladora de la causa de canonización de Antonio Solari, manifestó: “Se jugó el todo por el todo, tuvo que renunciar a su vocación sacerdotal para trabajar, hizo como todos los laicos que tienen que trabajar para ganar su sustento y Jesús lo destinó para otro tipo de servicio, colaborar con el padre Grote, acompañar en la catequesis, ayudar a los enfermos, acompañar a los jóvenes”.

También recordó que “ser redentorista lo llevó a compartir pensamientos y acciones con el padre Federico Grote, ser su mano derecha, y desde la parroquia Nuestra Señora de las Victorias trabajaron juntos por los más humildes, para luego acompañarlo en la fundación de los Círculos Católicos de Obreros, integrando la primera comisión directiva y asumiendo la conducción cuando el Padre Grote fue enviado al norte”. 

En sus declaraciones a Radio Grote, la profesora Mabel Bacigaluppi resaltó la labor de Antonio Solari y su capacidad de convocatoria con los jóvenes: "Gracias a él se celebró por primera vez el día del estudiante en la Argentina. La misa de los jóvenes era revolucionaria en esa época” dijo, al señalar que antes la religión era más clerical y “que un laico sin formación especial haga todo lo que hizo Solari era logro importante porque entusiasmaba a la gente. Todos lo querían seguir y cada 11 de noviembre era la misa de la juventud en la parroquia de Las Victorias. Hizo una comisión durante todo el año visitando las facultades y entusiasmaba a los jóvenes hablando de la misericordia de Dios, como dice el papa Francisco, la Iglesia en salida, no recluida, en ese sentido era un visionario que consideraba que los jóvenes debían participar”.

“La anécdota es toda su vida. Convocaba a los vicentinos, visitaba los conventillos, iba a la casa de los pobres, anotaba en un papelito lo que el pobre de esa familia necesitaba y para la visita siguiente se lo llevaba, tenía tanto carisma que convocaba a jóvenes profesionales para visitar a los pobres. Él trabajó como laico, era colector de rentas o contador, por 54 años tuvo esa profesión. ¿Por qué trámites? porque vivimos haciendo trámites, por eso junto a Grote, se interesaba por legislaciones de sueldo digno, el descanso dominical, siempre tratando de mejorar las instituciones”.

Finalmente la profesora Bacigaluppi explicó que “la causa del Siervo de Dios Antonio Solari lleva varios años y desde 1997 toda la documentación se encuentra en Roma. Cuando se lacró el material para enviar a la Santa Sede estuvo presente en ese acto el entonces monseñor Bergoglio, que era el arzobispo coadjutor de Buenos Aires. Ahora seguimos trabajando, esperando y rezando”, concluyó.+