Mons. Stanovnik a los enfermos: "Jesús se ha comprometido a no dejarnos solos"

  • 14 de julio, 2020
  • Corrientes (AICA)
En la fiesta de San Camilo Lelis, patrono de los enfermos, el arzobispo de Corrientes, monseñor Andrés Stanovnik OFMCap, celebró la misa en la capilla del Hospital Escuela "Gral. José de San Martín"

El arzobispo de Corrientes, monseñor Andrés Stanovnik OFMCap, celebró la misa en el día de San Camilo de Lelis, el martes 14 de julio, en la capilla del Hospital Escuela “General José de San Martín” de Corrientes, rezando especialmente por los enfermos, sus familiares y el personal de sanidad.

Concelebraron la eucaristía el vicario episcopal de la pastoral de la salud, presbítero Miguel Gómez, el capellán del hospital, presbítero Daniel Danuzo, el presbítero Antonio De Iacovo, paciente recuperado recientemente, y el diácono José Pereira acompañó. Participaron también los directores de las diversas áreas del hospital, familiares y algunos pacientes. La celebración fue transmitida por los medios digitales.

“La prueba en la vida es una gracia. El que no es probado no se ejercita en la capacidad para enfrentar las diversas situaciones de la vida”, comenzó diciendo el arzobispo, y se refirió a la situación de “prueba” que atraviesa la humanidad que “ojalá nos sirva para repensar muchas cosas”. 

Luego reflexionó con el Evangelio: “Estamos unidos a Jesús por la vida nueva que recibimos de Él, esa es la unión que rezamos en el credo, la comunión de todos los bautizados. En Cristo encontramos las respuestas a todos los interrogantes de la existencia. Una respuesta que no está fundamentada en la razón, porque nuestra razón es siempre limitada y suele colapsar ante la respuesta que Dios nos brinda para superar las adversidades”.

Entonces, monseñor Stanovnik se preguntó: “¿Cuál es la respuesta que Dios da a la crisis que atraviesa la familia humana? ¿Cuál es la respuesta de Dios ante los padecimientos a los que nos somete la enfermedad? ¿Tenemos alguna respuesta? ¿Quién es el causante principal de las crisis graves que sufrimos los seres humanos?”. Ante estas cuestiones, el prelado afirmó: “Esto viene de la lucha del bien y el mal. Desde la luz de la fe lo único que podemos decir del mal es que se trata de alguien que aparece como más fuerte que el ser humano, alguien que utiliza el arte de confundir, dividir y enfrentar”. 

Y continuó interrogando: “¿Puede el ser humano superarlo por sus propias fuerzas? Si la respuesta es positiva, entonces Dios sobra”, afirmó. Por este motivo, recordó la “gran encrucijada de la vida: Creer que fuimos creados por Dios y que Él tiene algo que ver con nosotros; o no creer en Dios, y construir la propia vida y la convivencia social exclusivamente sobre la razón humana”.

Ante esto, como los cristianos “creemos que Dios existe y nos ha creado por amor” y, además, “se ha comprometido a no dejarnos solos ante el mal y las crisis”. En efecto, aseguró, “así lo hizo su hijo Jesucristo, que arriesgando su propia vida en el combarte contra el odio a Dios, resucitó de entre los muertos. Por eso la cruz cristiana es la respuesta de Dios a la crisis que provoca el odio y todas sus derivaciones”. 

Más adelante, dijo a los presentes: “A la luz del misterio de la cruz de Cristo, podemos comprender mejor la transcendencia religiosa y cultural del signo que acompaña desde los orígenes al pueblo correntino: la Santísima Cruz de los Milagros, llamada con mucha sabiduría cruz fundacional”.

Sobre San Camilo de Lelis,  fundador del Instituto de los camilianos, que luego dieron origen a las camilianas, mencionó: “Fueron hombres y mujeres con mayor experiencia y calidad en tratar a los enfermos y a sus familiares. De él se decía que trataba a cada enfermo como si tratara al mismo Jesús en persona. Sus compañeros, vistiendo hábitos blancos con una cruz roja en el pecho, atendían a los heridos en los campos de batalla como signo de fraternidad 250 años antes del nacimiento de la Cruz Roja Internacional”.

Finalmente, se encomendó a María, tierna Madre de Itatí, y le rogó “que cuide a nuestros enfermos y a sus familiares, y suplicándole por su pronta recuperación. Y, a todos nosotros, que Ella nos proteja de todo mal, especialmente del Covid-19, y nos sostenga y consuele en el camino del bien”.+

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