Mons. Fernández destacó la labor de los barrenderos al recordar a Mauricio Silva

  • 14 de junio, 2020
  • La Plata (Buenos Aires) (AICA)
El arzobispo de La Plata destacó la tarea de los barrenderos en su día, al recordar al religioso Mauricio Silva, detenido-desaparecido en 1977 por defender los derechos de sus compañeros.

El arzobispo de La Plata, monseñor Víctor Manuel Fernández, recordó que el 14 de junio se celebra el Día del Barrendero, en memoria del religioso Mauricio Silva, quien fue “detenido-desaparecido cuando barría la calle el 14 de junio de 1977, sólo porque defendía los derechos de sus compañeros”.

Por este motivo, el prelado envió un saludo “afectuoso y agradecido” a los trabajadores que desarrollan esta tarea necesaria, y señalpo que integran el grupo de personal esencial que en estos tiempos de cuarentena debieron salir a las calles a cumplir su labor.

“Merecen nuestra gratitud y reconocimiento así como lo hacemos con el personal de salud y con otras actividades. Pero lamentablemente hay quienes no valoran sus cansancios, como si su tarea tuviera poco valor”, expresó.

“Especialmente ahora que vienen días muy fríos, seguiremos viéndolos por la ventana cuando pasan limpiando nuestras calles”, agregó.

Monseñor Fernández manifestó que acompaña a los barrenderos con su oración, para que “Dios los bendiga y cuide a sus familias”.

Historia en las calles
Mauricio Silva, de la Fraternidad de los Hermanitos del Evangelio, al cumplirse un nuevo aniversario de su secuestro y desaparición en momentos en que se desempeñaba como barrendero en un corralón municipal del barrio porteño de Flores.

Mauricio Silva nació en Montevideo, Uruguay, el 20 de septiembre de 1925, en el seno de una familia humilde, y fue ordenado sacerdote en 1951 en la arquidiócesis de Córdoba, donde había estudiado desde 1948 por disposición de sus superiores de la congregación salesiana.

El religioso estuvo en la Patagonia en la obra salesiana de Puerto San Julián, donde desarrolló una tarea evangélica y social importante. Fue amigo del fallecido obispo neuquino Jaime de Nevares, y trabajó en La Rioja con el beato Enrique Angelelli. Más tarde se acercó a un grupo de cirujas en Rosario y terminó por recalar en Buenos Aires, donde consolidó su idea de trabajar en la calle.

A comienzos de los años 70, el padre Silva se integró a la Fraternidad de los Hermanitos de los Pobres, hermandad inspirada en la vida del religioso francés Charles de Foucauld, y dedicada por completo al servicio de los pobres.

El padre Silva fue secuestrado la mañana del 14 de junio de 1977, mientras realizaba tareas como barrendero municipal en la esquina de Terrero y Magariños Cervantes, en el barrio de Flores. Desde entonces no se tuvieron más datos de su paradero y la Fraternidad de los Hermanitos del Evangelio pidió en 2007 a la Justicia investigar su desaparición.+