Con una oración interreligiosa, Resistencia celebró el tedeum

  • 26 de mayo, 2020
  • Resistencia (Chaco) (AICA)
"Orar también es abrir una puerta a la esperanza en Dios y en la capacidad de cada uno de nosotros de amar y de ser solidarios. Orar es fortalecernos juntos en este caminar", expresó monseñor Dus.

Con motivo de los 210 años de la Revolución de Mayo, la arquidiócesis de Resistencia realizó una oración interreligiosa que presidió el arzobispo de Resistencia, monseñor Alfredo Ramón Dus, y a la que asistieron representantes de otras confesiones religiosas y autoridades municipales y provinciales.

“Como confesiones religiosas, motivadas por la Iglesia Católica para las fiestas patrias, celebramos el tedeum. Son dos palabras con las que comienza un himno de acción de gracias a Dios por los beneficios dados en el año y un motivo de encuentro e invocación para su protección y su auxilio”, comenzó diciendo monseñor Dus.

Del mismo modo, el arzobispo convocó a la comunidad a unirse a la oración a través de los medios digitales, “para que desde nuestra conciencia de fe los acompañemos y también nos comprometamos. Nos guía nuestra fe en Dios, nuestro cuidado de la vida y de las personas, nuestra morada solidaria hacia el bien común”.

Representando a las religiones presentes en la provincia del Chaco, participaron el rabino Natan Winegortin, el pastor Daniel Gauna, Silvina Salinas de Ricco y el pastor Luis Macchi. Asimismo entre las autoridades participó el gobernador de la provincia del Chaco, Jorge Capitanich.

Luego se rezó un himno de acción de gracias y el arzobispo de Resistencia concluyó la oración invocando la bendición de Dios por la provincia de Chaco y por la ciudad de Resistencia. “Queremos agradecer la vida, esa vida que Dios nos da y nos la mantiene con la gracia de su amor y de su espíritu. Orar también es abrir una puerta a la esperanza, en Dios y en la capacidad de cada uno de nosotros de amar y de ser solidarios. Orar es fortalecernos juntos en este caminar”.

“Pedimos al Señor, que es Padre y Señor de la vida, que nos dé el espíritu de solidaridad y cercanía, que nos haga sensibles al bien común de nuestros hermanos, que nos dé un corazón capaz de acompañar, de tener misericordia y de compadecernos en el caminar con los otros”. Con la bendición, monseñor Dus finalizó la oración. +