Mons. Canecín animó a los fieles a invocar al Espíritu Santo

  • 22 de mayo, 2020
  • Goya (Corrientes) (AICA)
El obispo de Goya, monseñor Adolfo Ramón Canecín, invitó a los fieles a rezar, en sus "Iglesias domésticas" la novena al Espíritu Santo

“Yo imagino a toda la familia cristiana, rezando en su Iglesia doméstica la novena al Espíritu Santo”, expresó el obispo de Goya, monseñor Adolfo Ramón Canecín, invitando a los fieles a “ser devotos del Espíritu Santo”.

La novena al Espíritu Santo, que comienza el 22 de mayo, “es la única novena instituida por Jesucristo, cuando subió al Cielo”, detalló el obispo en la homilía pronunciada en la misa del sexto domingo de Pascua, celebrada en la catedral.

En su prédica, recordó que Jesucristo dijo a los apóstoles: “Vayan y esperen la promesa que el Padre y yo les vamos a enviar”, y aclaró que “los apóstoles no sabían a qué se refería ni cómo esperar”.

Próximos a la celebración de Pentecostés que es la “plenitud del tiempo pascual, la donación del Espíritu Santo, es el amor de Dios derramado en nuestros corazones” el obispo hizo referencia a las palabras de Jesucristo: “El Padre les enviará otro paráclito, que les recordará todo, que volverá a hacer pasar por el corazón de ustedes todos los gestos que realice y todas las palabras que pronuncie”.

“Allí estaba María, la esposa del Espíritu Santo, y Ella cobijó a los apóstoles”, destacó el prelado. “Es ella la que nos va a enseñar cómo esperar”, por eso “es importante saber esperar porque cada uno recibe de acuerdo a la apertura que tiene su corazón”, aseguró.

Las novenas, explicó monseñor Canecín, tienen “la finalidad de dilatar, ensanchar y disponer el corazón, para poder recibir lo que Dios en su bondad me quiere regalar”, por eso reiteró su llamado a “ser creativos” y rezar juntos en las “Iglesias domésticas”.

“Yo imagino a cada catequista de confirmación con todos sus chicos (catecúmenos) en forma no presencial, sino de manera virtual, todos rezando e invocando al Espíritu Santo, no solamente sobre toda la Iglesia sino sobre toda la humanidad, todos juntos diciendo: ¡Ven Espíritu Santo y renueva la faz de la tierra!” concluyó.+