Las Hermanas Carmelitas Misioneras Teresianas de Goya celebraron el sábado 27 de julio los 25 años de vida consagrada de la hermana Elbecia Pachado quien expresó: "Con la gracia del Espíritu Santo deseo vivir en fidelidad a Ti". El obispo diocesano, monseñor Adolfo Canecín, presidió la misa de acción de gracias en la catedral Nuestra Señora del Rosario.
El sábado 27 de julio, el obispo de Goya,
monseñor Adolfo Canecín, presidió la misa de acción de gracias por las bodas de plata de vida consagrada de la hermana Elbecia Pachado, Carmelita Misionera Teresiana, oriunda de Catamarca.
Ante la hermana provincial Isabel Obregón, sus hermanas de la congregación, familiares y laicos, la religiosa renovó sus votos de consagrada durante una celebración que se realizó en la catedral Nuestra Señora del Rosario. Concelebró la Eucaristía el vicario general de la diócesis, presbítero Juan Carlos López.
Monseñor Canecín destacó que la celebración se realiza en el marco del Año Vocacional Diocesano, y reflexionó sobre el Evangelio elegido por la religiosa: "Este es mi Hijo, muy querido". "Cuando tenemos la experiencia de que cada uno de nosotros somos únicos e irrepetibles, de que Dios tiene su predilección y nos ama como si fuéramos el único ser humano, esto llena nuestro corazón y todo el vacío existencial no tiene cabida, porque me siento amado y elegido por Dios desde la eternidad", aseguró.
Animó a los presentes a "descubrir la lógica de Dios", que es distinta de la nuestra, a "descubrir los pensamientos de Dios", porque "Dios según su lógica eligió vasos de barro, frágiles, humildes y pecadores, no eligió los más capaces o los más santos, pero, desde que nos eligió nos llama a la santidad, a los débiles, pero nos va haciendo fuertes en el camino de la vida".
Más adelante, el obispo recordó el lema que identificaba al entonces arzobispo de Buenos Aires, cardenal Jorge Bergoglio: "Lo miró con misericordia y lo eligió", una frase que se encuentra en el Evangelio cuando Jesús llamó a San Mateo, y destacó el Salmo 137: "El Señor completará en mí la obra que ha empezado. ¡Señor, tu amor es eterno, no abandones la obra de tus manos!". "Qué lindo será cuando llegue el atardecer de la vida y podamos decir como Jesús: ´Todo se ha cumplido´", reflexionó.+
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