El arzobispo de San Juan de Cuyo, monseñor Jorge Eduardo Lozano, destacó el valor de la amistad y lo importante que es en el contexto de una cultura actual donde la soledad es uno de los problemas no resueltos. "Cuando encontramos con quienes poder mostrar la vida sin dramas, como quien da vuelta una media, eso no tiene precio", sostuvo.
El arzobispo de San Juan de Cuyo,
monseñor Jorge Eduardo Lozano, consideró que uno de los problemas no resueltos por la cultura actual es la soledad, al señalar que "incluso en las grandes ciudades es creciente la cantidad de personas ?en lo general jóvenes adultos? que optan por vivir solos".
"En el aspecto afectivo, temen quedar sin pareja estable, pero por otro lado tienen miedo de perder autonomía y ?libertad?. Por un lado se rechaza la idea de no concretar un proyecto de vida en familia, y a la vez se duda de un amor constante que compromete", especificó en su columna semanal.
"Aun estando rodeados de gente (en el trabajo, el estudio, el club?) muchos conviven con una sensación permanente de soledad. No es difícil compartir con otros momentos de salidas, festivos, deportivos? Pero cuando se trata de abrir el corazón y mostrarse tal cual uno es, hay como una conmoción de pánico", indicó.
En este sentido, el prelado recordó que un amigo suyo le decía que "a nadie le gusta mostrar la ropa sucia" y reflexionó: "Pero tampoco se muestra mucho ?la ropa limpia? porque se teme no sea valorada como uno mismo lo hace".
"También es cierto que tenemos zonas en nuestro interior que permanecen ocultas incluso a la propia conciencia. En el fondo podemos decir que hay bastante de inseguridad en uno mismo y baja autoestima", subrayó.
"Cuando encontramos con quienes poder mostrar la vida sin dramas, como quien da vuelta una media, eso no tiene precio -aseguró-. Es un gran consuelo poder bajar la guardia y que alguien se pasee por nuestro interior con respeto y ternura que solo quien nos ama puede hacer. Mostrar las heridas sin miedo a ser juzgados, exponer los logros sabiendo que somos valorados sin engaños".
Al referirse al Día del Amigo, que en la Argentina y otras partes del mundo se celebra el 20 de julio, monseñor Lozano expresó: "No es el perro el mejor amigo del hombre, lo digo con respeto a quien piense lo contrario. No hay que pedirle a un can o un felino consejos o reproches, porque en el fondo hago lo que quiero".
Aunque reconoció el importante lugar que tienen las mascotas en el acompañamiento y el apoyo terapeútico, señaló que "el otro" como sujeto personal es irreemplazable.
El prelado citó la tonada sanjuanina que dice: "La amistad es como el vino,/ mejor cuanto más añeja,/ una conducta pareja/ hace a los buenos amigos/ y son más dulces los higos/ de la higuera que es más vieja".
"Cómo valoramos los amigos a la distancia, y qué fuertes son los lazos que tejimos entre mates, silencios y palabras", destacó.
Por último, monseñor Lozano recordó que "Jesús valoró mucho la amistad, por eso a sus discípulos en la Última Cena les había dicho: ?ya no los llamo servidores, a ustedes los llamo amigos?. Él nos ama hasta el fin, y siempre tiene tiempo para recibirnos en su corazón".+