La Iglesia Católica es perseguida por el gobierno de Venezuela
- 18 de julio, 2019
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Caracas (Venezuela)
El administrador apostólico de Caracas y arzobispo de Mérida, cardenal Baltazar Porras, dijo que la Iglesia católica es perseguida en medio de la crisis social, política y económica que se vive en Venezuela.
El administrador apostólico de Caracas y arzobispo de Mérida, cardenal Baltazar Porras, dijo que la Iglesia católica es perseguida en medio de la crisis social, política y económica que se vive en Venezuela.
Lo dijo durante una reciente reunión con representantes de la fundación pontificia Ayuda a la Iglesia Necesitada (ACN), en la que señaló que la Iglesia en Venezuela no dejó de ser perseguida por su firme postura frente a la crisis, y puso como ejemplo las restricciones que existen contra los centros educativos católicos. "Parece que se busca poner trabas para que sea la propia Iglesia la que cierre sus colegios", expresó.
También las parroquias -agregó- son atacadas por el gobierno mediante "los consejos comunales y grupos progubernamentales llamados ?colectivos?. Por ejemplo, en Caracas, en las zonas populares, estos ?colectivos? están en las puertas de las parroquias y escuchan lo que dice el sacerdote en la homilía, si no les gusta comienzan las amenazas", denunció.
Asimismo, el purpurado denunció que durante varios años la Iglesia sufrió presiones de manera "sutil", "amenazas verbales y acoso a las obras de carácter social como Cáritas".
En ese sentido, destacó que la Iglesia es la "única institución que permanece incólume", a pesar de que diferentes instituciones públicas y privadas ya han sido destruidas por el régimen de Nicolás Maduro.
"Esto es gracias a la cercanía con la gente y a nuestra presencia en todos los ámbitos. Además, la Iglesia tuvo la valentía de señalar los defectos de este régimen", afirmó.
Según el cardenal Porras, el gobierno es el responsable de la crisis en el país, pues "generó una conflictividad social que va en aumento". A ello se suma el éxodo masivo de venezolanos, "algo jamás visto aquí antes".
"La gente se va por su situación económica, por sus ideas políticas, otros por el acoso que existe en el país, cuyo aparato económico está prácticamente destruido", aseveró. Además, recordó que no existe seguridad jurídica, y que por el contrario, hay "una carencia de empleo y asistencia sanitaria", que impide el sustento de la familia. "Los especialistas califican todo esto como economía de guerra", explicó.
Si la Iglesia Católica no tuviera presencia en Venezuela "la situación sería peor y se agravaría para muchas personas", enfatizó el purpurado, quien lamentó ver cómo el fenómeno de la emigración ha afectado a la familia y su entorno.
"Los que nos quedamos sentimos la falta de la compañía y sufrimos porque muchos de los que se fueron no lo están pasando bien. Venezuela se está convirtiendo en un problema geopolítico que afecta a otros países. Hay ya 4 millones de venezolanos fuera del país, un millón y medio en Colombia, 700.000 en Perú, 400.000 en Chile, 500.000 en Florida -se dice que la mitad indocumentados- y otros muchos en otros países de América y Europa. Es tristísimo", expresó.+