"Que seamos audaces cristianos", pidió La Rioja a sus mártires

  • 18 de julio, 2019
  • La Rioja (AICA)
Con una misa presidida por el obispo de La Rioja, monseñor Dante Braida, la comunidad diocesana celebró este 17 de julio por primera vez la memoria litúrgica de los recientemente beatificados mártires riojanos: Enrique Angelelli, Carlos de Dios Murias, Gabriel Longueville, y Wenceslao Pedernera. En su homilía, el prelado señaló que "han dado la vida trabajando por la justicia y la paz".
Con una misa presidida por el obispo de La Rioja, monseñor Dante Braida, la comunidad diocesana celebró este 17 de julio a los recientemente beatificados mártires riojanos: Enrique Angelelli, Carlos de Dios Murias, Gabriel Longueville, y Wenceslao Pedernera. Luego de la beatificación que reunió el 27 de abril a la comunidad diocesana y a fieles llegados de distintos puntos del país en torno a la figura de los mártires riojanos, este 17 de julio se celebró por primera vez su memoria litúrgica. La Eucaristía estuvo presidida por el obispo de La Rioja, monseñor Dante Braida, quien recordando las bienaventuranzas, expresó: "¡Felices nuestros queridos cuatro mártires: Enrique, Wenceslao, Carlos de Dios y Gabriel que como ?alma de pobres? han dado la vida trabajando por la justicia y la paz!". "Hemos ofrecido al Señor el trabajo de varios meses y Él con su gracia nos colmó de bendiciones. Hemos recibido expresiones muy lindas sobre lo vivido en esos días por parte de muchos peregrinos", expresó, recordando la ceremonia de beatificación y las actividades que se desarrollaron en la diócesis durante abril. "Cada uno de nuestros mártires, a su modo, vivió esta disponibilidad a Dios propia de los humildes, de los que solo quieren hacer vida su Palabra. Esa disponibilidad los llevó a darse completamente a los demás, buscando su bien, su desarrollo. Por ello también podían percibir así que ?el Reino de Dios? ya estaba manifestándose por ese camino. Como también lo dice la bienaventuranza", señaló. El obispo mencionó luego a cada uno de los beatos riojanos, enumerando características que los distinguían: respecto a monseñor Angelelli, recordó su frase "un oído en el Evangelio y el otro oído en el Pueblo", destacando la escucha de Dios en la oración, en la Palabra, en la Eucaristía; y la escucha de los hombres "para percibir sus alegrías y búsquedas, sus lamentos y heridas". Refiriéndose al beato Wenceslao Pedernera, destacó que "transitó su camino de santidad como laico", siguiendo los caminos del Evangelio, "fiel a su responsabilidad conyugal y a su misión como padre; fiel a su papel de trabajador rural y referente sindical; fiel al responder al llamado a trasladarse a tierra riojana a colaborar con otros obreros rurales que tendían menos posibilidades de desarrollo". En ese sentido, afirmó: "Él fue mártir siguiendo al Señor en la vida cotidiana, con un claro compromiso familiar, social y eclesial". "El Beato Carlos de Dios Murias siendo muy joven se siente muy tocado por el Evangelio vivido por San Francisco de Asís. A partir de allí se deja guiar por el Espíritu Santo, tras las huellas de Francisco, hasta consagrarse como fraile de la Orden de los Conventuales. Allí buscó vivir con radicalidad ese carisma. En esa búsqueda viene a la Rioja donde, particularmente, sintiéndose interpelado por las carencias que padecen muchos hermanos y las injusticias que sufren otros. Su impulso juvenil preñado de Evangelio hacía que su palabra sea clara, directa y molesta para quienes detentaban el poder", recordó. "El beato Carlos fue martirizado por ser fiel al anuncio del Evangelio de la justicia". Finalmente, se refirió al beato Gabriel Longueville: "Llegó a nuestras tierras luego de dejarse guiar por el Espíritu que lo llamaba a la misión ad gentes, más allá de las fronteras de su diócesis de Viviers en Francia. En su peregrinar se fue haciendo del lugar desde la vida cotidiana donde como buen pastor visitaba casas, enfermos, animaba la vida parroquial atendiendo la ciudad de Chamical y zona rural. Dándose tiempo para el trabajo manual y las artesanías. Más bien callado en su personalidad, su vida era una palabra evangélica clara y contundente. Su compromiso fraterno lo llevó a acompañar a Carlos cuando lo buscaban fuerzas de seguridad", relató. "El Beato Gabriel fue mártir de la misión y del pastoreo cotidiano en la parroquia", aseguró, llamando a los fieles a "dar fuerza a la dimensión misionera de la fe" y a "hacer realidad una Iglesia en salida, como tanto nos lo pide el Papa. Salir, ir a todas las periferias". Adhesión de Mons. Colombo El arzobispo de Mendoza, anterior obispo de La Rioja y promotor de la causa de canonización, monseñor Marcelo Colombo, se hizo presente en la celebración a través de un mensaje "en este día tan significativo en que la Iglesia hace por primera vez, memoria litúrgica de la entrega de nuestros mártires riojanos". "A lo largo y a lo ancho de la Patria, estaremos hoy celebrando en comunión esperanzada, la vigencia de la vida y ministerio de monseñor Angelelli, y de sus compañeros, Carlos Murias, Gabriel Longueville y Wenceslao Pedernera". "Vibran en mi corazón las intensas emociones de este tiempo: la declaración de martirio, la hermosa beatificación tan bien preparada por la Iglesia riojana, las distintas celebraciones, incluidas las de Roma donde pudimos compartir con vos, la entrega de las reliquias de nuestros mártires al Santo Padre y a la Iglesia argentina en Roma así como rezar con los obispos argentinos en la tumba del Apóstol Pedro, recordando las palabras de monseñor Angelelli escritas en ese mismo lugar cuando cumplía sus veinticinco años de sacerdote en 1974". "Estamos desafiados a traer a los mártires a nuestro hoy para que ellos nos ayuden a seguir a Cristo con todo lo que somos y hacemos para evocar la sangre derramada por amor a Dios y a los hermanos, con nuestro propio compromiso personal y eclesial como respuesta", animó, enviando su afecto a la comunidad riojana, junto con la gratitud por la vida compartida y el camino recorrido en estos años.+