Una multitud, entre devotos del lugar y peregrinos llegados desde distintas localidades cordobesas, colmó el martes 16 de julio la plaza 25 de Mayo de la ciudad de Cruz del Eje para honrar a la patrona de la diócesis y de la ciudad serrana. El obispo local, monseñor Ricardo Araya, presidió la misa central, y confirmó en la fe y misión a los fieles.
Una multitud, entre devotos del lugar y peregrinos llegados desde distintas localidades cordobesas, colmó el martes 16 de julio la plaza 25 de Mayo de la ciudad de Cruz del Eje para honrar a la patrona de la diócesis y de la ciudad serrana.
El obispo de Cruz del Eje, monseñor Ricardo Araya, presidió la misa en el atrio de la catedral Nuestra Señora del Carmen.
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Los festejos comenzaron la noche del 15 de julio con la tradicional serenata a la Virgen acompañada de espectáculos musicales y comidas típicas.
El martes por la mañana se celebró la misa de la Cofradía de la Virgen del Carmen y por la tarde la misa central. Finalizada la ceremonia, miles de peregrinos realizaron la procesión por las calles de la ciudad.
La celebración continuó con el desfile de gauchos a caballo, y números artísticos y musicales.
Durante la celebración eucarística, las congregaciones religiosas y de vida consagrada de la diócesis renovaron sus promesas ante el obispo y el Pueblo de Dios, que les agradecieron sus años de misión como docentes, animadores parroquiales, pastoral juvenil, atención y cuidado de enfermos, entre otras actividades.
En la homilía, monseñor Araya expresó con alegría y gratitud estar en la diócesis de Cruz del Eje: "Le agradezco a Dios haber podido ser llamado a confirmarlos en la fe, en esta fe en la que ustedes viven cotidianamente. Esta fe que hoy se expresa en la fiesta de la Virgen, haber sido traído hasta aquí para contagiarme de la fe que ustedes profesan", afirmó.
Asimismo, definió a los fieles diocesanos como "misioneros invisibles de Jesucristo" ya que "rezan con la vida" y señaló que él vino a confirmarlos en esa misión que es la misión de Jesucristo.
"Quiero confirmarlos en esa misión. Una misión que es popular pero que es de todos porque no está controlada, porque tiene la fuerza del Espíritu Santo recibido en el bautismo que va haciendo posible que nosotros vivamos así. Vivir rezando con la vida", subrayó.
Informes:
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