Recuerdan a Santa Gianna Beretta a 50 años de su muerte

  • 25 de abril, 2012
  • Buenos Aires (AICA)
Al conmemorarse este año el cincuentenario del fallecimiento de Santa Gianna Beretta Molla, la parroquia Nuestra Señora de la Rábida (avenida. Belgrano 1502, esquina presidente Luis Sáenz Peña -Buenos Aires) dará gracias a Dios por el don de la vida y el carisma de esta laica, esposa, madre y médica, que vivió su vida de manera extraordinaria y la coronó dando su vida para salvar la vida de su hija. El sábado 28 de abril, a las 19, día en que se cumple el cincuentenario de su regreso a la Casa del Padre, el presbítero Pablo Caruso, párroco de Nuestra Señora de Fátima, de Lomas del Mirador, presidirá la misa.
Al conmemorarse este año el cincuentenario del fallecimiento de Santa Gianna Beretta Molla, la parroquia Nuestra Señora de la Rábida (avenida. Belgrano 1502, esquina presidente Luis Sáenz Peña -Buenos Aires) dará gracias a Dios por el don de la vida y el carisma de esta laica, esposa, madre y médica, miembro de la Acción Católica y de las Conferencias de San Vicente de Paul, que vivió de manera extraordinaria su vida de cada día y la coronó dando su vida para salvar la vida de su hija. El sábado 28 de abril, a las 19, día en que se cumple el cincuentenario de su regreso a la Casa del Padre, el presbítero Pablo Caruso, párroco de Nuestra Señora de Fátima, de Lomas del Mirador, presidirá la misa. Fue especialmente invitado por el presbítero José Dabustí, párroco de Nuestra Señora de la Rábida, primera parroquia en la Argentina en entronizar una imagen de Santa Gianna. La invitación de la parroquia Nuestra Señora de la Rábida señala que Santa Gianna: "Como hija, como hermana, como novia y luego como esposa, como madre y como profesional médico, fue ante todo un testigo de Cristo, alegre y servicial". "Muy unida a Santa Teresita del Niño Jesús, aprendió de ella el vivir la `infancia espiritual´, abandonada a la providencia de Dios, se confió plenamente al plan que Dios le tenía preparado desde toda la eternidad y vivió coherentemente cada día esta santidad, coherencia que le llevó a dar su propia vida en prenda de la de su hija", recuerda el mensaje. Santa Gianna, es especialmente venerada por las Familias; por las embarazadas y por padres que buscan adoptar un niño. Así mismo muchos enfermos recurren a ella para implorar gracias de recuperación y los profesionales de la Salud encuentran en ella modelo y ejemplo a seguir. Santa Gianna Beretta Gianna Beretta nació en Magenta (provincia de Milán) el 4 de octubre de 1922. Desde su infancia, acoge el don de la fe y la educación cristiana que recibe de sus padres. Durante los años de Liceo y de Universidad, traduce su fe en fruto generoso de apostolado en la Acción Católica y en la Sociedad de San Vicente de Paúl, dedicándose a los jóvenes y al servicio caritativo con los ancianos y necesitados. Luego de obtener el título de Doctor en Medicina y Cirugía en 1949 en la Universidad de Pavía, abre en 1950 un centro ambulatorio de consulta en Mésero, municipio vecino a Magenta. En 1952 se especializa en Pediatría en la Universidad de Milán. Conoce al ingeniero Pietro Molla y se casa con él, el 24 de septiembre de 1955. En noviembre de 1956, Gianna da a luz a su primer hijo, Pierluigi. En diciembre de 1957 viene al mundo Mariolina y en julio de 1959, Laura. En septiembre de 1961, al cumplirse el segundo mes de embarazo, le diagnostican un tumor en el útero. Se hace una intervención quirúrgica. Antes de ser intervenida, suplica al cirujano que salve, a toda costa, la vida que lleva en su seno. Se salva la vida de la criatura. Ella da gracias al Señor y pasa los siete meses antes del parto con incomparable fuerza de ánimo y con plena dedicación a sus deberes de madre y de médico. Algunos días antes del parto, confiando siempre en la Providencia, está dispuesta a dar su vida para salvar la de la criatura: «Si hay que decidir entre mi vida y la del niño, no dudéis; elegid -lo exijo- la suya. Salvadlo». La mañana del 21 de abril de 1962 da a luz a Gianna Emanuela. El 28 de abril, a los 39 años, falleció repitiendo la jaculatoria «Jesús, te amo; Jesús, te amo». Fue beatificada por el beato Juan Pablo II el 24 de abril de 1994, año Internacional de la Familia y canonizada por el mismo Santo Padre el 16 de mayo de 2004. En la ceremonia de canonización estuvieron presentes su esposo Pietro Lolla, único esposo que vió canonizada a su esposa en toda la Historia de la Iglesia y tres de sus hijos: Pierluigi; Laura y Gianna Emanuela. +