Mons. Mestre: Una profesión de fe y una profesión de amor, en el Señor

  • 9 de mayo, 2019
  • Mar del Plata (Buenos Aires)
En su homilía para el tercer domingo de Pascua, monseñor Gabriel Mestre, obispo de Mar del Plata, presentó el Evangelio divido en dos partes: la segunda pesca milagrosa y el diálogo entre Jesús y Pedro. Para la reflexión planteó tres palabras: desánimo, confianza y compromiso.
En el tercer domingo de Pascua, monseñor Gabriel Mestre, obispo de Mar del Plata, presentó el Evangelio divido en dos partes: la segunda pesca milagrosa y el diálogo entre Jesús y Pedro. Para la reflexión planteó tres palabras que experimentaron los discípulos y que también nos interpelan hoy: desánimo, confianza y compromiso. Desánimo: Volver a pescar? En primer lugar, el obispo marplatense recordó la situación de desánimo y desesperanza de Pedro y los apóstoles, que habían apostado su vida al Señor. "A pesar de que se ha aparecido, todavía siguen las dudas y las incertidumbres. Hasta tal punto es la angustia que Pedro decide volver atrás. Vuelve a pescar que era la tarea que realizaba antes de que el Señor lo llamara a ser pescador de hombres", evocó monseñor Mestre. De este modo, Pedro contagió el desánimo a los demás. Confianza: ¡Es el Señor! Luego de pasar toda la noche pescando sin éxito, Jesús aparece en escena: "desde la orilla les dice que echen las redes del otro lado de la barca", y en un acto de "confianza", afirma el obispo de Mar del Plata, los discípulos obedecen. La respuesta es "maravillosa": "la cantidad de peces es tan grande que no podían sacar la red", describió el prelado. En ese momento, el discípulo amado de Jesús "reconoce que es el Señor", y Pedro "sale rápidamente a su encuentro". Jesús los está esperando a la orilla con un desayuno: esto significa que "somos invitados con el discípulo al que Jesús amaba, con Pedro y con los demás a ?disfrutar? de la abundancia de la pesca milagrosa en este tiempo pascual". "Tengamos confianza de que el Señor resucitado está con nosotros en todo momento de nuestra vida". Compromiso: ¿Me amas? Al final del relato evangélico, se produce el momento más importante. "Nosotros también, como Pedro, negamos al Señor con nuestras faltas y pecados", aseguró monseñor Mestre. Pero hoy "somos interpelados por Jesús para sanar nuestras faltas y pecados respondiendo a su pregunta: ?¿me amás??". Esta pregunta implica un compromiso "a hacer profesión de fe y una profesión de amor al Señor".+