El padre es el todo, los hijos las partes

  • 4 de abril, 2019
  • Avellaneda (Buenos Aires) (AICA)
"En la parábola del Hijo Pródigo hay tres personajes: el padre, el hijo mayor y el hijo menor, pero lo importante es la actitud del padre. Él es quien está presente en ambos hijos, a ambos recibe, a ambos quiere. El padre es el todo, los hijos las partes". Así inició su reflexión sobre el Evangelio del IV domingo de cuaresma, el obispo de Avellaneda-Lanús, Mons. Rubén Frassia.
"En la parábola del Hijo Pródigo, que también conocemos como la parábola del Padre Misericordioso, hay tres personajes: el padre, el hijo mayor y el hijo menor, pero lo más importante es la actitud del padre. Él es quien está presente en ambos hijos, a ambos recibe, a ambos quiere. El padre es el todo, los hijos las partes". Así inició su reflexión sobre el Evangelio del IV domingo de cuaresma, el obispo de Avellaneda-Lanús, monseñor Rubén Oscar Frassia. "El hijo menor, que pidió su herencia, su parte, que gastó y malgastó sus bienes, padeció hambre, vuelve -en parte- porque estaría arrepentido pero también -en parte- porque estaría necesitado. Vuelve con la cabeza gacha, con "la cola entre las patas", y viene a refugiarse en el padre. "El hijo mayor no entiende la actitud del padre; compite porque él era el fiel, el bueno, el que se quedó con el padre y que reclama sus derechos pero no es capaz de ver la necesidad del otro hijo, su hermano. Es egoísta, pero el padre le explica, para enternecerlo. "El padre se adelanta, lo abraza, no lo reta, no le reprocha; está todo claro en la actitud del padre que se conmovió profundamente, corrió a su encuentro, lo abrazó y lo besó. No vengo a negar que todos somos iguales. Todos somos iguales pero cada uno ejerce distintos papeles. El padre es el todo, los hijos son la parte. "¡Que siempre tengamos en cuenta el todo! Que este padre misericordioso nos siga enseñando a tener misericordia con los demás, en especial con el que se equivocó, se apartó y se alejó", concluyó monseñor Frassia.+