Cura y periodista, 15 años escribiendo en "El Argentino"
- 18 de marzo, 2019
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Miramar (Buenos Aires)
Con el artículo que aparecerá el próximo 21 de marzo en el semanario "El Argentino", de Miramar, se cumplirán 810 ediciones consecutivas de la columna "Ayer, hoy y siempre", que con la firma del Pbro. Hugo Walter Segovia, comenta semana tras semana, y lo viene haciendo desde hace 15 años, hechos, personas y aniversarios que hacen a la vida de la Iglesia.
Con el artículo que aparecerá el próximo 21 de marzo en el semanario "El Argentino", de Miramar, se cumplirán 810 ediciones consecutivas de la columna "Ayer, hoy y siempre", que con la firma del presbítero Hugo Walter Segovia, comenta semana tras semana, y lo viene haciendo desde hace 15 años, hechos, personas y aniversarios que hacen a la vida de la Iglesia.
Aunque ya no reside en Miramar, el presbítero Segovia fue por varios años párroco de San Andrés, de Miramar, y como buen periodista, está convencido de que los modernos púlpitos son los medios de comunicación social, la prensa escrita en primer lugar.
El padre Segovia nació el 5 de abril de 1931 en Punta Alta, una importante ciudad portuaria cabecera del partido de Coronel Rosales, ubicada a 667 kilómetros de Buenos Aires y a escasos 28 de Bahía Blanca.
Al término de sus estudios secundarios sintió el llamado de la vocación sacerdotal e ingresó en el Seminario Mayor San José de La Plata, un seminario que en sus 97 años de existencia dio a la Iglesia en la Argentina 25 obispos, 3 de ellos cardenales: Raúl Francisco Primatesta, el siervo de Dios Eduardo Francisco Pironio y Antonio Quarracino. Algunos de esos futuros obispos fueron sus profesores y alguno, como monseñor Rómulo García, compañero de estudios.
Al completar sus estudios filosóficos y teológicos fue ordenado sacerdote en la catedral Nuestra Señora de la Merced, de Bahía Blanca, el 23 de julio de 1961 por el arzobispo de Bahía Blanca, monseñor Germiniano Esorto, a quien luego acompañó a Roma como secretario durante el Concilio Vaticano II.
En ese período romano ingresó en la Pontificia Universidad Gregoriana para perfeccionar su formación y egresó como licenciado en Derecho Canónico.
Fue profesor de Filosofía y Ciencias de la Educación en la Universidad Nacional de La Plata.
Durante diez años, de 1964 a 1974 se desempeñó como canciller y secretario general del arzobispado de Bahía Blanca.
Fue presidente de la Organización Católica Internacional de Cine (OCIC), y jurado de dicha Organización en los festivales de Mar del Plata de 1996 y 1997 y de La Habana en 1998.
En la diócesis de Mar del Plata fue párroco de San Andrés, en Miramar, desde 1980 hasta 1992 año en el que fue nombrado párroco de San Carlos Borromeo, en la ciudad balnearia.
De 1995 a 2004 fue coordinador de los Encuentros de la diócesis marplatense con el mundo del teatro, y de 2002 a 2006 fue coordinador del Consejo Municipal de Cultura.
El 6 de mayo de 2009 el intendente municipal del partido de General Alvarado, Gustavo Pulti, decretó otorgarle la distinción de "Ciudadano Ilustre" de la ciudad de Mar del Plata, "en reconocimiento a su extensa y comprometida labor social a favor de la comunidad marplatense y sus destacados valores espirituales e intelectuales, constituyendo un modelo de solidaridad a imitar por nuestra sociedad".
Además de su trabajo pastoral en el desempeño de su ministerio sacerdotal, y de su actuación en el campo de la cultura, incursionó en el mundo del periodismo con sus colaboraciones en los diarios La Capital y El Atlántico, de Mar del Plata, y desde 2004 escribe en El Argentino, de Miramar, la columna semanal "Ayer, hoy y siempre", que el próximo jueves 21 de marzo llegará al número 810.
Cómo nació su vocación periodística
El padre Segovia contó a AICA los curiosos pormenores y las etapas de su actuación en el periodismo. Así lo relató:
"Desde los años del seminario -y aun antes- amé al periodismo, y siempre que aparecí en alguna publicación fue por obra de un querido profesor de Historia y Arte, monseñor Ernesto Segura, nacido en Mar del Plata y hombre cercano a los medios, que me fascinaba con sus escritos y sus clases, y que durante 10 años fue secretario general de la Conferencia Episcopal Argentina, y en 1962 fue obispo auxiliar de Buenos Aires.
"Como no podíamos escribir siendo seminaristas él se encargó de enviar a la revista Criterio un escrito mío utilizando un seudónimo (Hugo S. Gutiérrez, que es mi segundo apellido). Poco después, el mismo año de mi ordenación sacerdotal, fue monseñor Pironio que, sin que yo lo supiera, envió a la revista Vida Pastoral algo que había escrito cuando falleció el presbítero Silverio Rosso, un amigo común. No me puedo olvidar la sorpresa que me causó encontrarme con el artículo cuando llegó el cartero.
Muchas veces hablé sobre la experiencia de la columna semanal que monseñor José María Arancedo gestionó para La Capital de Mar del Plata. Durante 513 semanas salía, también cada jueves, primero como "Caminos de la Iglesia hoy" hasta que aquel maestro que fue Enrique D. Borthiry me sugirió que lo apodara, y así quedó, "Iglesia hoy".
Yo admiraba la columna "Crónica de la vida de la Iglesia" que cada quincena nos deslumbraba "Criterio" en manos del padre Jorge Mejía. Estando en Roma, él nos hacía entrar en el Concilio como si lo estuviéramos viviendo y soñaba con algo así. Tengo vivo el interés que allí me despertaba cada semana la columna del padre Ernesto Balducci en "Il giornale del matino" de Firenze. Me preguntaba "¿Cómo hacer para escribir así?" y "¿Cómo tener una oportunidad como éstas?"
En aquellos días del invierno de 2003 surgió la idea de la columna "Ayer, hoy y siempre", la que ahora, después de 15 años, llega al número 810.+ (Miguel Woites)