El obispo de Villa de la Concepción del Río Cuarto, monseñor Adolfo Uriona FDP, y los sacerdotes diocesanos expresaron su dolor por el ataque sacrílego a una imagen de la Virgen María perpetrado por un grupo de manifestantes durante la movilización del 8 de marzo por el Día Internacional de la Mujer. Un grupo de vecinos limpió la estatua religiosa, histórica y símbolo de la ciudad.
El obispo de Villa de la Concepción del Río Cuarto,
monseñor Adolfo Uriona FDP, y los sacerdotes diocesanos expresaron su dolor por el ataque sacrílego a una imagen de la Virgen María perpetrado por un grupo de manifestantes durante la movilización del 8 de marzo por el Día Internacional de la Mujer.
La estatua mariana, símbolo histórico de esta ciudad cordobesa y del Palacio Municipal, fue dañada con pintura de color rojo y pintadas ofensivas hacia la Iglesia.
Por este ataque vandálico fueron detenidas seis mujeres de entre 22 y 24 años e imputadas por "daño calificado".
Monseñor Uriona y los sacerdotes riocuartenses difundieron un comunicado titulado "Compartimos el dolor de la ciudad", en el que expresan su rechazo y repudio a este tipo de hechos de violencia.
"Hemos iniciado la Cuaresma, camino cristiano hacia la Pascua, por eso queremos compartir como pastores y ciudadanos nuestro sentir sobre los acontecimientos de violencia que, por sus características, resultan inéditos. Da la impresión de estar viviendo acontecimientos muy graves que se suman a la violencia familiar que desde hace tiempo se manifiesta en múltiples hechos", subrayan.
"Reconocemos que el primer paso para la solución de cualquier problema o desafío es aceptar su existencia, asumir que estamos frente a una dificultad. La peor actitud que podríamos tener sería la indiferencia, como si el problema no fuera nuestro. Todo acontecimiento social, bueno o malo, es nuestro; debemos movilizarnos interiormente para encontrar caminos que permitan hallar soluciones", manifiestan, y agregan: "Rezar, dialogar, actuar, son pasos que todos necesitamos dar".
Limpieza y restauración
Un grupo de voluntarios y vecinos de la ciudad cordobesa de Río Cuarto limpió y restauró la imagen de la Virgen María vandalizada durante la movilización del 8M.
"Quiero agradecer a todas las personas que se acercaron a remozar la imagen de María Inmaculada profanada", expresó monseñor Uriona a través de las redes sociales.
"Ese gesto hacia la Madre Dios expresa qué es el amor y la respuesta del cristiano frente a toda forma de agresión a nuestra fe", añadió.
Otros ataques vandálicos
En otras manifestaciones de mujeres por el 8M también se produjeron ataques vandálicos a templos católicos e imágenes religiosas.
La catedral metropolitana de Buenos Aires debió ser vallada para prevenir ataques, pese a ello un grupo de manifestantes intentó derribarlas al finalizar la marcha feminista.
En tanto, las catedrales Nuestra Señora del Carmen, de General Roca, y María Auxiliadora, de Neuquén, recibieron pintadas y se pegaron carteles con consignas ofensivas hacia la Iglesia.
Texto completo del comunicado del obispo y sacerdotes riocuartenses
"Compartimos el dolor de la ciudad"
Hemos iniciado la Cuaresma, camino cristiano hacia la Pascua, por eso queremos compartir como pastores y ciudadanos nuestro sentir sobre los acontecimientos de violencia que, por sus características, resultan inéditos. Da la impresión de estar viviendo acontecimientos muy graves que se suman a la violencia familiar que desde hace tiempo se manifiesta en múltiples hechos.
Reconocemos que el primer paso para la solución de cualquier problema o desafío es aceptar su existencia, asumir que estamos frente a una dificultad. La peor actitud que podríamos tener sería la indiferencia, como si el problema no fuera nuestro. Todo acontecimiento social, bueno o malo, ES NUESTRO; debemos movilizarnos interiormente para encontrar caminos que permitan hallar soluciones.
Rezar, dialogar, actuar, son pasos que todos necesitamos dar. Recogemos aquí la invitación de la Palabra de Dios: "No te dejes vencer por el mal. Por el contrario, vence al mal, haciendo el bien" (Romanos 12,21).
A la hora de analizar, tenemos que decir que esta situación de violencia social tiene múltiples causas. No podemos ser simplistas. La falta de educación, salud y trabajo digno ha obligado a demasiados argentinos a sobrevivir como se pueda, a vivir una vida menos digna. Nuestra Patria arrastra desde hace demasiado tiempo injusticias y exclusiones, que han dejado casi fuera del protagonismo social a una gran masa de la población. Se ha creado una gran distancia entre los ciudadanos, porque demasiados no tienen posibilidades de crecer, de mejorar y superarse. Sabemos de muchas de estas situaciones por haberlas acompañado. Además se constata el aumento de crispación social en todos los sectores.
Nos proponemos orar a Dios, meditar y trabajar para superar la violencia que hay dentro de nosotros mismos: "Con corazones rotos en miles de fragmentos será difícil construir una auténtica paz social" (Papa Francisco. El gozo del Evangelio nº 229) Estamos convencidos que hay un nexo indiscutible entre la conversión del corazón y la pacificación social, por ello invitamos a que no nos venza el desaliento ni la indiferencia. Que todos podamos comprometernos a construir una sociedad, una Patria, más justa y más fraterna.
Obispo y sacerdotes de Río Cuarto, Cuaresma de 2019. +