Con la celebración del Miércoles de Ceniza, comenzó para la Iglesia el tiempo de Cuaresma, 40 días que llaman a la conversión en camino hacia la Pascua. En las diferentes diócesis argentinas, los obispos celebraron misa e invitaron al ayuno, la oración y la limosna.
Los obispos de las diferentes diócesis argentinas celebraron misa este Miércoles de Ceniza, dando de ese modo inicio al tiempo santo de la Cuaresma, en el que los cristianos estamos llamados al ayuno, la oración y la limosna, mientras caminamos juntos hacia la Pascua del Señor.
La Plata: Llamados a crecer, a ser más, y a hacer crecer la Iglesia
El arzobispo de La Plata, monseñor Víctor Manuel Fernández, presidió la misa del miércoles de Ceniza, en la que expresó que la Cuaresma "se trata de intentar ofrecerle algo más a Dios como respuesta de amor, no como pago".
El purpurado se preguntó: "¿En qué puedo crecer?", y precisó que "esto implica tomarse en serio, no darme por muerto: todavía puedo cambiar, todavía puedo ser más, todavía puedo ofrendar algo más al Dios que me ama". "En definitiva se trata de una bendición para poder comenzar un camino de cambio y renovación", señaló.
Asimismo, el monseñor Fernández sostuvo que el concepto de ?Cenizas? tiene un triple significado: en primer lugar, significa que cada uno se acerca reconociendo que es "polvo", idea que aparece muchas veces en la Biblia, como un símbolo de la pequeñez del ser humano ante el inmenso amor y la gloria de Dios.
El segundo significado se relaciona a las cenizas, que como lo muestra la Biblia, aparecen también como símbolo de conversión; cuando alguien reconoce que esta llevando un camino equivocado y decide retractarse en el polvo y la ceniza. Mientras que, el tercer concepto, se vincula a que las cenizas bendecidas se derraman en la frente de los que se acercan. "Son cenizas que recuerdan que todo se nos acaba, como el polvo que se lleva el viento, y que nosotros mismos volvemos a la tierra, como polvo".
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Salta: La valentía de dejarme mirar por el Señor
El arzobispo de Salta,
monseñor Mario Cargnello, presidió la misa del Miércoles de Ceniza: "Alegra el corazón ver la fe del querido Pueblo de Dios y como se expresa los Miércoles de Cenizas. Una fe que sabe ir más allá de las miserias de nuestra Iglesia y que se pone delante de Dios y que reconoce que es posible empezar de nuevo", expresó.
"La Cuaresma es un tiempo providencial, un tiempo para ver abrirse el corazón del Padre que nos dice: ´Vengan´", afirmó el prelado. "Así empezamos la Cuaresma, por eso estamos aquí en distintas celebraciones a lo largo del día en las diferentes iglesias de nuestra arquidiócesis, poniéndonos delante del Señor pidiendo perdón".
"No vayamos a creer que porque venimos ahora y nos ponen la ceniza ya cumplimos, eso sería un ritualismo inconsistente", advirtió el arzobispo. "La Cuaresma es empezar un camino, es el signo de un camino de conversión que me lleve a ser hijo de Dios, que me lleve a actuar como hijo de Dios y a tener la valentía de dejarme mirar por el Señor, incluso la audacia de dejarme abrazar por su misericordia para empezar un camino que me lleve a luchar contra el mal", aseguró.
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Rosario: Vivir la Cuaresma con alegría
El arzobispo de Rosario,
monseñor Eduardo Eliseo Martín, presidió la misa en la catedral Nuestra Señora del Rosario. En su homilía, destacó la nueva oportunidad que Dios nos da en la Cuaresma: "un tiempo favorable, un tiempo de sanación".
"A lo largo del camino nos ensordecemos, nos ponernos tristes y necesitamos volver a poner la atención en Dios, porque vivimos distraídos", afirmó el prelado. "Necesitamos rectificar, es decir, hacer recto el rumbo de nuestras vidas que se ha torcido".
"Por eso el tiempo de cuaresma es el tiempo para retornar al camino, para ponernos nuevamente en dirección a la meta que da sentido al camino y nuestra meta es Dios. No hemos sido hechos para otra cosa que no sea Dios", recordó. "Este tiempo es para revisar en qué tenemos puesta la esperanza en nuestra vida, en quién tenemos puesta la esperanza en nuestra vida", advirtió.
"Las cenizas nos hacen bajar a tierra, nos hacen poner los pies sobre la tierra", aseguró monseñor Martín, con una invitación: "Vivamos la cuaresma con alegría, con capacidad de amar, vivamos desde ahora con la alegría de la resurrección".
» Texto completo de la homilía
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Lomas de Zamora: Volver a ser "cacharro frágil"
En la noche del miércoles, el obispo de Lomas de Samora,
monseñor Jorge Lugones SJ, presidió la misa en la catedral Nuestra Señora de la Paz. Por la mañana llevó a cabo la imposición de las cenizas en la peatonal Laprida del centro lomense.
El prelado se refirió a la Cuaresma como "un excelente punto de reflexión y oración" y reconoció que la conversión requiere disciplina y tiempo: "Volvernos como comunidad eclesial de nuestras posturas rígidas y tajantes para volver a ser el `cacharro frágil´ en manos del alfarero; a la misión en cuerpo que nos libra del individualismo estéril, a la confiada oración en común que renueva nuestro fervor misionero que apostando al tiempo de Dios, nos aleja del inmediatismo ansioso", animó.
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Mar del Plata: Dejarnos reconciliar por Dios
El obispo de Mar del Plata,
monseñor Gabriel Mestre, presidió la misa en la catedral de los Santos Pedro y Cecilia. En su homilía, advirtió que "las cenizas no tienen nada que ver con ningún amuleto de la buena suerte, sino que expresan simbólicamente lo que cantábamos y confesábamos en el salmo 50, somos débiles, somos frágiles y pecadores", y al mismo tiempo, nos acercamos a las cenizas conscientes de que "somos discípulos de un Dios que es amor compasión, misericordia y que quiere reconciliarnos en la medida que lo dejamos".
"Hoy miércoles de cenizas y en el hermoso camino de Cuaresma, recordamos las palabras de San Pablo: ´Déjense reconciliar por Dios´. Dejarnos reconciliar por Dios, para que Él pueda sanar nuestra interioridad. El Padre Eterno toca nuestra interioridad, y la sana, la recupera y rescata a través de estos tres signos: la oración, el ayuno y la limosna", afirmó.
En ese sentido, animó a los fieles: "Presentemos al Señor nuestras faltas, pecados y fragilidades para que Él que quiere reconciliarnos pueda sanar nuestra interioridad y así salir a los hermanos en la caridad y la limosna, como elementos esenciales y distintivos en este tiempo de Cuaresma".
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Nueve de Julio: Ayunar de redes sociales
En la misa de Miércoles de Ceniza, el obispo de Nueve de Julio,
monseñor Ariel Torrado Mosconi, animó a los cristianos a reflexionar sobre sus propias vidas y a evitar caer en "la vanidad, la superficialidad y en la fantasía que propone el mundo".
"Hoy es un día para que nos preguntemos si estamos invirtiendo bien nuestras vidas o si la estamos despilfarrando en cosas que no son más que polvo y cenizas", expresó, y recordó que el objetivo es iniciar un camino de conversión en donde todos recuerden su caducidad y hagan penitencia.
Por ello, invitó a vivir estos cuarenta días de preparación hacia la Pascua profundizando en la oración, la limosna y el ayuno, y en ese sentido advirtió: "El ayuno no consiste sólo en privarse de alimentos sino en ayunar de cuestiones que nos alienan de la realidad y nos mantienen distraídos como la televisión, la radio, la computadora, Netflix, las redes sociales y tantas otras cosas que nos hacen perder la interioridad".
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San Francisco: Tiempo de saludable conversión
El obispo de San Francisco,
monseñor Sergio Osvaldo Buenanueva, presidió la misa de Miércoles de Ceniza en la catedral de San Francisco. Su homilía se centró en un llamado: "Conviértete y cree en el Evangelio".
En ese sentido, consideró que la Cuaresma es "tiempo para una saludable conversión", e invitó a los fieles a pedir la gracia de la penitencia interior, "un corazón quebrantado que deje obrar al Espíritu".
Luego mencionó tres gestos penitenciales para un mismo camino de conversión: "la oración, el ayuno y la limosna". La oración, que "pone en el centro la escucha del Señor". El ayuno, como privación voluntaria del alimento que nos permita "sentir que sin Él, no podemos nada", predisponiendo a una vida más humana. La limosna, que "nos abre a las necesidades más concretas de nuestros hermanos más pobres", arrancándonos de la cárcel del egoísmo.
Finalmente, aconsejó: "No miremos la paja en el ojo ajeno. Prestemos atención a la viga que nos enceguece.Dejemos crecer la humildad desde la humillación y abrámonos así a la acción del Espíritu que quebranta nuestro corazón y nos da un espíritu nuevo".
» Texto completo de la homilía
San Roque: Buscar la purificación, la sanación y la vida
El obispo de San Roque de Presidencia Roque Sáenz Peña,
monseñor Hugo Barbaro, presidió la Eucaristía ante una colmada catedral de San Roque. En su homilía, invitó a considerar la necesidad de la penitencia aludiendo a la profunda herida que el pecado supone para todo hombre.
El desprecio de Dios al principio de la creación hirió a los seres humanos en lo más íntimo, en su relación con Dios llevando a no verlo como Padre sino como quien podría hacernos un daño o exigirnos lo que no nos conviene. Se refirió a la herida en cada persona, lastimados por la inclinación al mal que constatamos en nosotros mismos.
En ese sentido, mencionó también la herida profunda en la relación con los demás, tantas veces con bronca, violencia, falta de comprensión y de perdón, e incluso el daño en la Creación, tal como lo señala el papa Francisco en su Mensaje de Cuaresma. Por eso, invitó a buscar la purificación, la sanación y la vida que Dios nos ofrece, mediante el ayuno, la oración y la limosna.
» Texto completo de la homilía.+
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