Ayer, miércoles 13 de febrero, comenzó en la ciudad de Rosario, el 21° Curso de Educación Católica, "Educar para amar, amar para educar", organizado por la Junta Arquidiocesana de Educación Católica (JAEC) de la arquidiócesis de Rosario. Participaron en el acto inaugural el arzobispo arquidiocesano y presidente de la Comisión Episcopal de Educación Católica, monseñor Eduardo Eliseo Martín, y el gobernador de la provincial, ingeniero Miguel Lifschitz entre otras autoridades.
Organizado por la Junta Arquidiocesana de Educación Católica (JAEC) de la arquidiócesis de Rosario, ayer, miércoles 13 de febrero, comenzó en la ciudad de Rosario, el 21° Curso de Educación Católica, "Educar para amar, amar para educar".
Participaron en el acto inaugural el arzobispo arquidiocesano y presidente de la Comisión Episcopal de Educación Católica,
monseñor Eduardo Eliseo Martín; el gobernador de la provincia, ingeniero Miguel Lifschitz; el arzobispo emérito, monseñor Eduardo Mirás; el presbítero Osvaldo Macerola, vicario episcopal de Educación; el ingeniero Walter Van Meegroot, presidente de JAEC; además de autoridades de la Junta, directivos, docentes, sacerdotes, religiosos y religiosas y estudiantes avanzados de las carreras de profesorados.
El vicario episcopal de educación, presbítero Macerola, expresó palabras de agradecimiento a los presentes, sobre todo a los docentes más jóvenes a quienes les dijo: "Sentimos el deber de acompañarlos más y ofrecerles herramientas y capacitación conforme a lo que vive la sociedad actual". Luego reflexionó acerca de la apasionante misión educativa y de los temas que se van a tratar durante los días del encuentro, relacionados con problemáticas actuales.
El gobernador de la provincia, quien a menudo participa del encuentro, manifestó: "Celebro que se renueven los participantes de este curso, que haya caras jóvenes. Eso habla del compromiso de las nuevas generaciones con la educación y la docencia, con la formación integral de nuestros niños y jóvenes. Hablar de educación en la Argentina es hablar de futuro y en momentos de dificultades como los que estamos atravesando es bueno encontrar espacios para hablar de educación que, creo que todos vamos a coincidir, es la única herramienta que nos va a poder permitir superar los problemas y caminar hacia adelante".
Por su parte, el arzobispo de Rosario se refirió a la exhortación apostólica del papa Francisco Gaudete et Exultate para reflexionar sobre la santidad, y preguntó a los presentes: "¿Qué es la figura del santo? ¿Cómo se concibe al santo? A veces se piensa en alguien mirando al cielo, inalcanzable, alguien con las manos juntas, los ojos en blanco, y el cuello quebrado. Una figura quizás ridícula?", pero explicó: "El Santo Padre escribe sobre ?la santidad de la puerta de al lado?, de aquellos que viven cerca de nosotros y son un reflejo de la presencia de Dios, o, para usar otra expresión, ?la clase media de la santidad?".
Luego monseñor Martín se detuvo en las cosas que diariamente "nos santifican": "hacer la voluntad de Dios. ¿Qué es lo santo? Lo sagrado, lo puro. Frente a la santidad nacen dos sentimientos en el corazón: el estremecimiento porque lo santo es tremendo, pero por otro lado lo fascinante porque lo santo nos atrae, como le pasó a Moisés con la zarza, que le entra curiosidad y escucha una voz que le dice, ?descansa, sácate las sandalias porque estás pisando suelo santo?".
"Con los límites y las imperfecciones que cada uno tiene, cada uno está llamado a la santidad", les dijo el arzobispo. "Así, las palabras del Evangelio de San Mateo, Gaudete et exultate, alégrense y regocíjense, Jesús nos muestra el camino de la alegría y la felicidad. Por eso, la santidad la tenemos que identificar con la felicidad", aseguró.
"Somos libres para muchas cosas. Pero no podemos no querer ser felices. Porque para eso estamos hechos, para la felicidad". Y agregó que una de las notas de la felicidad es la alegría. Por eso el Papa señala: "El santo es capaz de vivir con alegría y sentido del humor". Con los pies en la tierra, la santidad nos lleva a esa "alegría que se vive en comunión, que se comparte y se reparte", concluyó.
La JAEC brindó un homenaje a la maestra rosarina, María Cristina Gómez, elegida como una de las 50 mejores docentes del mundo por la Fundación Varkey, que tiene sede en Londres.+