Mons. Ñáñez llamó a "abrir siempre el corazón a nuestro Señor"

  • 6 de febrero, 2019
  • Córdoba
El 3 de febrero, día de San Blas, el arzobispo de Córdoba, monseñor Carlos José Ñáñez, presidió una misa en la parroquia Nuestra Señora de Guadalupe y San Blas, del barrio General Bustos, en la capital cordobesa. En su homilía, llamó a "abrir siempre el corazón a nuestro Señor".
El 3 de febrero, día de San Blas, el arzobispo de Córdoba, monseñor Carlos José Ñáñez, presidió una misa en la parroquia Nuestra Señora de Guadalupe y San Blas, del barrio General Bustos, en la capital cordobesa, en cuya homilía se refirió al Evangelio en el que Jesús es rechazado en Nazaret. Al respecto, señaló que "el Señor Jesús no se deja encerrar por esto, pone de relieve que su misión está dirigida a todos, lo va desplegando progresivamente a esto, pero esta es la intención de Dios, nuestro Señor". En ese sentido, el prelado recordó que "Dios quiere que todos los hombres se acerquen a él". En el pasaje del Evangelio se evidencia "una resistencia de sus paisanos". Tal como señala el evangelista, "se enfurecieron, entonces la resistencia se convierte en un rechazo, querían despeñarlo, querían acabar con Jesús", relató el prelado. "Nos dice el evangelista, que Jesús pasó en medio de ellos y se alejó. No había llegado su hora, como dice el evangelista San Juan", advirtió el obispo, y explicó: "Si seguimos el relato, vamos a ver que en seguida Jesús aparece de nuevo en Cafarnaúm enseñando, es decir que este fracaso en Nazaret no ha minado para nada su conciencia de enviado de parte de Dios ni tampoco su dedicación a la misión que le fue confiada", destacó. Este Evangelio, consideró el arzobispo de Córdoba, "es una invitación a abrir siempre el corazón a nuestro Señor, y estar atentos a que ese corazón no se cierre a la gracia que él nos ofrece". Por otra parte, respondió sobré cuál debe ser nuestra actitud ante quienes están cerrados a Dios: "Encomendarlos a la misericordia de Dios, y a veces una palabra oportuna puede ayudar a quien está en esa actitud, pero con respeto. El Evangelio se propone, no se impone", recordó.+