Una multitud honró al Cristo Negro en Filipinas

  • 10 de enero, 2019
  • Manila (Filipinas)
Una multitud, estimada en más de un millón de personas, se congregó en las calles de Manila, Filipinas, para celebrar a Nuestro Padre Jesús Nazareno, popularmente llamado el Nazareno Negro o el Cristo Negro, en una de las manifestaciones de fe más populares del mundo. El cardenal Luis Tagle destacó el valor del amor del devoto y rechazó el fanatismo.
Una multitud participó en Manila, Filipinas, de las tradicionales celebraciones en honor de Nuestro Padre Jesús Nazareno, popularmente llamado el Nazareno o el Cristo Negro, en una de las manifestaciones populares de fe más grandes del mundo. En esta fecha, cada año se repite en Manila desde el siglo XVII la procesión conocida como "traslación" en la que la estatua de Cristo, levantada por cuerdas, es trasladada en un carro sin ruedas, mientras los fieles tratan de acercarse lo más posible a esta imagen, de madera y de tamaño natural, considerada milagrosa por los filipinos devotos. Durante la misa celebrada esta mañana en la iglesia ante más de 800.000 peregrinos, el arzobispo de Manila, cardenal Luis Antonio Tagle, dijo que "la devoción al Nazareno Negro es amor a Jesús y no fanatismo". "Un verdadero devoto ama: la esencia de la devoción es el amor. El fanático solo se aferra a algo que da valor a sí mismo. El devoto ama a Jesús. El fanático no ama", diferenció el purpurado. La talla original fue realizada por un carpintero mexicano anónimo en el año 1606, y llegó a Filipinas a través de un galeón desde Acapulco. Para llevar a cabo esta manifestación popular de la fe, se desplegaron cinco mil policías a lo largo del recorrido de unos seis kilómetros. La Cruz Roja filipina socorrió a más de un centenar de personas que se vieron afectadas por vértigos, o heridas en los pies, sin que se verificaran accidentes graves. El Cristo Negro es una imagen que representa a Jesucristo de Nazaret arrodillado bajo el peso de la cruz. La fama de ser una imagen milagrosa deriva del incendio que destruyó la nave de los misioneros, dejando intacta la estatua que primero fue colocada en la iglesia de Bagumbayan, actualmente Luneta, en los alrededores de Manila, el 10 de septiembre del mismo año. Posteriormente, en 1608, la estatua fue trasladada a la parroquia de San Nicolás de Tolentino, donde permaneció hasta finales del 1700. El entonces arzobispo de la capital, Monseñor Basilio Sancho de Santa Justa, ordenó su traslación a la Iglesia de Quiapo, donde se encuentra hoy para ser venerada en la basílica menor del Nazareno Negro. En 1650 el Papa Inocencio X aprobó el culto a la imagen y autorizó la "Cofradía de Nuestro Santo Jesús Nazareno". También el papa Pío VII dio su bendición apostólica a esta imagen de Cristo y a su culto en 1880 y concedió la indulgencia plenaria a los que piadosamente rezaran ante la imagen.