Faltan vocaciones pero los sacerdotes casados no son la solución

  • 21 de diciembre, 2018
  • Utrecht (Holanda) (AICA)
La solución a la escasez de vocaciones sacerdotales no son los sacerdotes casados y permitir eso sería iniciar un camino irrevocable, señaló el arzobispo de Utrech, Holanda, cardenal Willem Jacobus Eijk, en una reciente entrevista del diario italiano Il Giornale, en la que habló también sobre el Sínodo de los Obispos sobre la Amazonia que se llevará a cabo en octubre de 2019.
La solución a la escasez de vocaciones sacerdotales no son los sacerdotes casados y permitir eso sería iniciar un camino irrevocable, señaló el arzobispo de Utrech, Holanda, cardenal Willem Jacobus Eijk, en una reciente entrevista del diario italiano Il Giornale, en la que habló también sobre el Sínodo de los Obispos sobre la Amazonia que se llevará a cabo en octubre de 2019. "¿Estamos en camino a la concesión del matrimonio para los sacerdotes?", le preguntó el periodista, a lo que el purpurado holandés respondió que "la necesidad de sacerdotes existe y es más imperiosa en otros lugares del mundo que en Europa septentrional, pero los sacerdotes casados no son, en mi opinión, la solución". "Si eso se permitiese solo para algunos lugares, nacería una desigualdad dentro de la Iglesia Católica en el mundo sobre un asunto muy importante. Permitir eso de manera temporal tampoco es solución porque una vez decidida, se convertiría en algo irrevocable", explicó el cardenal. Con una decisión semejante, precisó el Purpurado, "se perdería el celibato sacerdotal, una tradición espléndida y fructífera de siglos de la Iglesia latina". "Además, en el caso de la ordenación de ?viri probati? faltaría la formación sacerdotal en un seminario", precisó. Los "viri probati" son los ancianos varones casados de probada virtud que en opinión de algunos podrían suplir la falta de sacerdotes en lugares del mundo como la Amazonía. El cardenal Eijk hizo estas declaraciones tras explicar que cada vez con más frecuencia se ve en la obligación de cerrar iglesias en Holanda por escasa asistencia de fieles. Cada vez son menos "los que participan en las celebraciones religiosas y que sostienen a la Iglesia como voluntarios o con sus contribuciones financieras. En Holanda la Iglesia vive de las contribuciones voluntarias de los fieles porque no existen impuestos eclesiales, lo que la hace una Iglesia pobre, pero libre del Estado y eso es una gran ventaja que supera la desventaja de la pobreza". "No obstante hay lugares de esperanza donde la fe es vivida de manera auténtica con una buena liturgia, catequesis y actividades para varios grupos. Con este objetivo la arquidiócesis forma voluntarios", continuó el purpurado. La arquidiócesis de Utrecht brinda "una formación para futuros diáconos permanentes, catequistas y asistentes diaconales. Ahora hay también operadores pastorales laicos que han seguido una formación teológica y que reciben un salario académico, pero su número se ha reducido a la mitad en los 11 años que soy arzobispo de Utrecht y se hará más bajo en los años que me quedan como arzobispo". Según el cardenal Eijk, en el futuro los colaboradores de los sacerdotes en las parroquias de Holanda serán "sobre todo diáconos permanentes, catequistas y asistentes diaconales voluntarios. Las iglesias que permanezcan serán centros de grandes parroquias regionales. Sin embargo, aunque la cantidad de iglesias está disminuyendo, su calidad está aumentando". "Este es el otro aspecto de la situación, se convierten en iglesias de opción, en las que las personas quieren hacer algo a partir de la fe. Y no se debe olvidar que la Iglesia ha conocido en la historia otros altibajos porque, al final, estamos en las manos de Dios", resaltó el arzobispo. En otro momento de la entrevista y al ser preguntado sobre si la Iglesia Católica se está haciendo "similar" a las confesiones protestantes a raíz del diálogo ecuménico, el cardenal Eijk alentó a defender la doctrina católica. "Es importante que se persevere en la doctrina de la Iglesia que se nos ha transmitido. Sería un error si eligiésemos un modelo más protestante-anglicano, ya que la fuerza de la Iglesia Católica está, de hecho, en que su doctrina vale para todo el mundo", subrayó el purpurado. "El diálogo con los protestantes no debe hacer que la Iglesia Católica se convierta ella misma en protestante", señaló.+