Mons. Colombo llamó a decirle "sí a Dios y a la Vida que nos viene de Él"

  • 12 de diciembre, 2018
  • Mendoza (AICA)
Con el lema "María Purísima, acompaña, cuida e integra a nuestras familias", el arzobispo de Mendoza, monseñor Marcelo Daniel Colombo, presidió la misa por la solemnidad de la Inmaculada Concepción en la parroquia Sagrada Familia de Guaymallén, donde llamó a decirle "sí a Dios y a la Vida que nos viene de Él" en las distintas circunstancias que se presentan a diario. "Que la Virgen Inmaculada proteja y acompañe la vida de nuestro pueblo mendocino", pidió.
El arzobispo de Mendoza, monseñor Marcelo Daniel Colombo, presidió el 8 de diciembre la misa central por la solemnidad de la Inmaculada Concepción en la parroquia Sagrada Familia de Guaymallén, cuyo lema convocante fue "María Purísima, acompaña, cuida e integra a nuestras familias". La procesión con la imagen de la Virgen se inició en la capilla de la Purísima (Murialdo) y se dirigió hasta la parroquia, donde el prelado presidió la Eucaristía concelebrada por sacerdotes del Decanato Guaymallén, con la presencia de seminaristas, diáconos y un importante número de fieles. "En tiempos intensos, complejos, desconcertantes, como los que vivimos, esta fiesta de la Inmaculada Concepción nos pide una evaluación interior sobre nuestra respuesta a Dios", aseguró. "El sí de Dios en el origen de la vida junto al sí de nuestra Madre en la Anunciación, esperan nuestro propio sí, en nuestra vida personal, familiar y social, sin condiciones ni fisuras, sin traiciones ni ambigüedades, en la conciencia que somos convocados por Dios a obrar el bien y a sembrar de amor la tierra que se nos ha encomendado", agregó. Monseñor Colombo llamó a decirle "sí a Dios y a la Vida que nos viene de Él" en distintas circunstancias, alguna de las cuales enumeró: - Sí a Dios y a la Vida que nos viene de Él, ante los interrogantes y los errores que provienen de la confusión cultural y de la secularización que todo lo arrasan; sí que nos llama a responder profética y resueltamente que la Vida es don de Dios y no somos sus dueños, sino administradores y servidores. - Sí a Dios y a la Vida que nos viene de Él, ante las injusticias y miserias humanas que dejan a tantos hermanos sin alimento, sin techo, sin futuro; sí que nos convoca a obrar solidaria y generosamente para que a nadie le falte lo necesario porque Dios creó la tierra y sus bienes para todos. - Sí a Dios y a la Vida que nos viene de Él, para enfrentar decidida y creativamente la cultura del descarte y el desencuentro entre argentinos. - Sí a Dios y a la Vida que nos viene de él frente a la hipócrita negación de la dimensión religiosa del hombre y las raíces cristianas de nuestro pueblo, mientras se lo induce y determina a la religión del dinero, del hedonismo y del individualismo prepotente. - Sí a Dios y a la Vida que nos viene de Él, en la educación de nuestros hijos; sí donde nos comprometemos como Iglesia y como familias, a formarlos para vivir responsable y serenamente su vida afectiva y su sexualidad. - Sí a Dios y a la Vida que nos viene de Él, en el cuidado de la Casa común, la tierra, el agua, el aire, asumiendo un estilo de vida sobrio y respetuoso de los recursos naturales, conocedores de su limitación, sabiendo que a tantos les falta. Monseñor Colombo recordó a su antecesor, monseñor Carlos María Franzini, al cumplirse un año de su fallecimiento "luego de una penosa enfermedad", y afirmó: "Ahora, desde Dios, nos acompaña y sostiene con su oración intercesora de buen pastor". "Que la Virgen Inmaculada proteja y acompañe la vida de nuestro pueblo mendocino. En sus manos amorosas dejamos las nuestras, vacilantes e inseguras, para que nos sostenga confiada en la Gracia de Aquél ?que nos amó primero?", concluyó.+ » Texto completo de la homilía