Mons. Han Lim Moon: "Esperemos al Señor, como un niño espera a su papá"

  • 30 de noviembre, 2018
  • San Martín (Buenos Aires)
En el primer domingo de adviento, 2 de diciembre, monseñor Han Lim Moon, obispo auxiliar de San Martín, predicó sobre "el rumbo de la vida", y luego enseñó: "Adviento quiere decir la espera del advenimiento del Mesías".
"Adviento quiere decir la espera del advenimiento del Mesías", enseñó monseñor Han Lim Moon, obispo auxiliar de San Martín, en su reflexión para este domingo 2 de diciembre. Predicó sobre "el rumbo de la vida", y concluyó con cuatro consejos para aguardar la venida del Señor en la Navidad. Comenzó ejemplificando con los adolescentes, quienes buscan "la libertad junto con la independencia y la identidad junto con la preocupación de saber qué rumbo tomar en su vida", tanto desde el plano profesional sino, también, en la orientación general de su vida. En ellos, "la equivocación puede arruinar o dejar heridas imborrables". "Para que esto no suceda en nuestra vida cristiana", el obispo auxiliar de San Martín invitó a mirar las palabras de Jesús en el Evangelio de San Lucas: "Habrá señales en el sol, en la luna, en las estrellas, porque los astros se conmoverán?" "El Mesías que llegó hace 2000 años y nos acompaña siempre humildemente, un día, ante la conmoción del universo se manifestará gloriosamente y nos librará de todas las ataduras y obstáculos para amar", manifestó monseñor Han Lim Moon. El Señor nos conoce y nosotros también "lo conoceremos cara a cara para amarnos como hombres nuevos, con un corazón nuevo en una tierra y cielo nuevo", afirmó el prelado, encuentro que nos traerá la "plenitud del amor y comunión con Dios y nuestros hermanos". Antes de concluir, exhortó a la comunidad con cuatro consejos para poner en práctica durante la espera: en primer lugar, "estar despiertos siempre en el alma para estar acompañados por el Señor que se nos acerca en la vida diaria"; pero "evitando todo tipo de exceso de comida y borrachera"; incluyendo el "exceso de preocupación por la vida, pero sí ocupándonos de ella"; y, en última instancia, "practicando la caridad con los demás". "Los cristianos esperamos al Señor, como los niños esperan el regreso de su papá muy querido que está de viaje, para salir a su encuentro con un grito de alegría, con los brazos abiertos, para ser abrazados por Él y nunca más separarnos de Él", dijo al finalizar.+