Mons. Aguer: "Iglesia y Masonería en la Argentina"

  • 3 de octubre, 2018
  • La Plata (Buenos Aires) (AICA)
El arzobispo emérito de La Plata, Mons. Héctor Aguer, dedicó su columna editorial en el programa Claves para un Mundo Mejor, que se emitió por Canal 9 de TV el sábado 29 de septiembre, a la cuestión de la Iglesia y la Masonería en la Argentina, diciendo que la masonería ha sido la enemiga jurada de la Iglesia Católica y que la pertenencia a la masonería es incompatible con la fe católica.
El arzobispo emérito de La Plata, monseñor Héctor Aguer, dedicó su columna editorial en el programa Claves para un Mundo Mejor que se emitió por Canal 9 de TV el sábado 29 de septiembre, a la cuestión de la Iglesia y la Masonería en la Argentina, señalando que la masonería ha sido la enemiga jurada de la Iglesia Católica y que la pertenencia a la masonería es incompatible con la fe católica. "En estos días -comenzó diciendo monseñor Aguer- recibí numerosos mensajes, comentarios, protestas, quejas, referidos a una carta que monseñor Jorge Lugones SJ, obispo de Lomas de Zamora y presidente de la Comisión Episcopal de Pastoral Social, envió a la Logia Masónica Giuseppe Mazzini. Luego monseñor Lugones hizo una aclaración diciendo que se trataba simplemente de un saludo circunstancial y que no era más que cumplir con una simple relación social". "Ahora bien -prosiguió el prelado emérito-, el alboroto y los comentarios que yo recibí en el correo y personalmente, tienen que ver con esto: la masonería moderna, desde 1717, ha sido la enemiga jurada de la Iglesia Católica y ya en 1738, el papa Clemente XII, en la constitución apostólica In Eminenti la condenó; luego todos los Papas del siglo XIX y del siglo XX hicieron lo mismo. La última intervención de la Santa Sede en el pontificado de San Juan Pablo II, es una declaración de la Congregación para la Doctrina de la Fe donde dice que la pertenencia a la masonería es incompatible con la fe católica". Y -añadió: Hace poco comenté el sincericidio del diputado Carlos Gustavo Roma, diputado oficialista por Tierra del Fuego, que dijo que él era masón, que en el Gobierno hay ministros, secretarios de estado, diputados, senadores, jueces y demás funcionarios masones; además, que este Gobierno proclama los principios de la masonería y que esta institución creció notablemente en los últimos años". "Todos sabemos -continuó monseñor Aguer- que se trata de una organización secreta, rigurosamente tal, con grados, de tal manera que los ´perejiles´, digamos así, no se enteran de lo que pasa y de lo que se trata allá arriba, en los grados superiores, y que procura infiltrarse en todas partes poniendo gente expectable y entradora. Por supuesto que, desde siempre, la masonería trató de penetrar en los gobiernos, de infiltrarse aquí y allá en las instituciones y en la Iglesia también. En esto no tenemos que ser tan ingenuos, de lo contrario no podrían explicarse algunas situaciones". Con respecto a la Argentina, el exarzobispo platense afirmó que "el influjo de la masonería ha sido decisivo en algunas etapas de nuestra historia. Ha difundido el laicismo, la irreligión, ha combatido la presencia de la fe en sus proyecciones sociales. El secreto ha sido para ella un arma eficaz. Cada tanto, cuando está bien afincada y le conviene, procura asomarse visiblemente, como en estos días, en que parece salir del clóset". Monseñor Aguer consideró que "en este momento tan difícil en que la masonería está detrás de la habilitación del debate por el tema del aborto, del intento de imponer una educación sexual integral que viola la libertad de educación, de los padres de familia y de las instituciones educativas, y de todas las otras cosas con que nos están cayendo encima, especialmente en lo referente a la relación del Estado con la Iglesia, que quiere ser revisada, no podemos permitirnos el lujo de ignorar toda la historia. Y no sólo la historia, sino también datos innegables y clarísimos del presente". En la parte final de su reflexión el prelado expresó que no cree "que la transformación de la masonería haya sido tal que ahora resulta aliada nuestra. Entonces, las cosas claras. Recuerdo sobre todo lo que decía el papa León XIII en la encíclica Humanum genus, en 1884, sobre la secta de los masones. Decía allí que a los obispos les corresponde alertar a los fieles sobre los ardides de la masonería para que no se dejen atrapar por ella. Sus palabras exactas eran: "A vosotros, venerables hermanos, os pedimos y rogamos con la mayor instancia que, uniendo vuestros esfuerzos y los nuestros, procuréis con todo ahínco extirpar esta asquerosa peste que va serpeando por todas las venas de la sociedad. A vosotros os toca defender la gloria de Dios y la salvación de los prójimos, y mirando a estos fines en el combate no ha de faltar valor y fuerza...lo primero que procuréis sea arrancar a los masones la máscara para que sean conocidos tal cuales son; que los pueblos aprendan por vuestros discursos y pastorales, las malas artes de semejantes sociedades para halagarlos y atrasarlos, y la perversidad de sus opiniones y la torpeza de sus hechos".+