Mons. Canecin dio inicio al Mes de la Biblia

  • 4 de septiembre, 2018
  • Goya (Corrientes) (AICA)
En el Mes de la Biblia el obispo de Goya, monseñor Adolfo Canecin, alentó a la comunidad diocesana a entronizar la Biblia en los hogares. El domingo 2 de septiembre presidió la Eucaristía en la catedral Nuestra Señora del Rosario de Goya y dio comienzo al mes que lleva como lema "¡Alégrate, estoy con vos!".
El obispo de Goya, monseñor Adolfo Canecin, dio inicio al Mes de la Biblia que se desarrollará con el lema: "¡Alégrate, estoy con vos!". El domingo 2 de septiembre presidió la misa en la catedral Nuestra Señora del Rosario, de Goya. En su homilía propuso a la comunidad "leer en familia y en comunidad el Evangelio de cada día, uniéndonos así a toda la Iglesia Universal". Monseñor Canecin, destacó qué lindo es recordar durante todo este mes que "no solo de pan vive el hombre, sino de toda Palabra salida de la boca de Dios". "Qué lindo recordar que toda la Biblia habla y se refiere a Jesucristo. Él es la Palabra hecha carne", resaltó más adelante; y recordó las palabras de San Jerónimo: "Quien conoce la Biblia, conoce a Jesucristo. Quien ignora la Biblia ignora a Jesucristo". "Qué lindo recordar que, fuera de Jesucristo, Dios no tiene otra Palabra para dirigirnos. Solo él es el camino, la verdad, la vida, la luz, la paz, el pan que da vida y vida eterna", prosiguió el obispo. Propuso a las familias "hacer un pequeño o grande altar, adornado con lindas flores propias de la primavera, en esta nueva estación y velitas para encender e iluminar y allí entronizar el Libro de la Palabra". Anunció que el 30 de septiembre se celebrará en todo el país el Domingo Bíblico Nacional. Para esta fecha, las comunidades organizarán encuentros especiales para reflexionar sobre "el lugar fontal que la Palabra de Dios, testimoniada en las Sagradas Escrituras, tiene en la vida y la pastoral de la Iglesia". Al finalizar, invocó a la Virgen María, "en cuyo seno la Palabra se hizo carne, que como discípula escuchaba y guardaba en su corazón las palabras de su Hijo", para que "interceda por todos nosotros para que hagamos realidad el texto de Jeremías: ?Cuando encontraba palabras tuyas las devoraba. Tus palabras eran mi gozo y la alegría de mi corazón?", concluyó el obispo de Goya.+