Miles de riojanos participaron el sábado 4 de agosto de la peregrinación desde el Colegio Nº 4 hasta la catedral local, donde monseñor Marcelo Daniel Colombo presidió la misa por el 42° aniversario del martirio del obispo Enrique Angelelli. En la homilía, citó palabras "clarividentes" del prelado asesinado referidas a las críticas a su ministerio pastoral que se hacían en su época y que también enjuician "las trasnochadas, anacrónicas e irreverentes" que se hacen hoy.
Miles de riojanos participaron el sábado 4 de agosto de la peregrinación desde el Colegio N.º 4 hasta la catedral local, donde monseñor Marcelo Daniel Colombo presidió la misa por el 42° aniversario del martirio del obispo Enrique Angelelli, el laico Wenceslao Pedernera y los sacerdotes Gabriel Longueville y Carlos de Dios Murias.
"Hoy especialmente, el testimonio de monseñor Angelelli compromete la mirada de nuestro corazón para evocarlo y asumir su mensaje como un legado sagrado que interpreta y alienta el seguimiento de Jesucristo como parte de su Iglesia", aseguró en la homilía, en la que el prelado comenzó a despedirse de esta comunidad que dejará el 9 de agosto para asumir la arquidiócesis de Mendoza.
"No puedo sino agradecer a Dios cuanto me ha permitido vivir junto a ustedes. En el camino del reconocimiento eclesial de la vida, el ministerio y el martirio de monseñor Angelelli. El buen Pastor Jesús nos visitó con su paso por estas tierras y nos honró con una entrega ejemplar que escapó y escapa a la mirada de los poderosos, de los omnipotentes, de los que se sienten dueños de esta Patria que Angelelli soñó como una tierra de todos", puntualizó.
Monseñor Colombo alentó a los jóvenes a "apostar fuertemente al compromiso con la vida", al recordar que monseñor Angelelli los alentó a la participación y los consideraba "verdaderos protagonistas de un tiempo nuevo para la Iglesia y para el mundo".
Angelelli y los poderosos, antes y después de la declaración de martirio
"Cuando veo mancillar groseramente su ministerio pastoral entre nosotros, cuando reaparecen los profetas del odio que en su omnipotencia se sienten dueños de este país, cuando creíamos que la democracia era fuerte para que no volvieran a insinuarse los ideólogos de la seguridad nacional", advirtió monseñor Colombo y citó palabras "clarividentes" de monseñor Angelelli que "se referían a las críticas infundadas de entonces y enjuician a las trasnochadas, anacrónicas e irreverentes de hoy".
"Quizás no descubramos que con nosotros va caminando Jesús, haciendo la historia con nosotros, esta historia concreta, la riojana, la argentina. Entendemos, entonces, por qué decimos que no debemos bajar las manos. Sigue difícil el camino. Quizás oiremos muchas cosas agraviantes, esto se llama, en cristiano, camino de la cruz. Quizás esperábamos que (?) ya estaba todo conseguido, que podíamos respirar aire puro, que seríamos respetados y no perseguidos, que seríamos convocados y no sospechados de peligrosos o infiltrados, quizás creíamos que todos éramos ya hombres nuevos. Y no es así, porque lo que es meta a alcanzar sólo se la logra con un corazón lleno de esperanza; y que el camino se hace con esfuerzo, sin claudicaciones y no dejarse engañar con inmediatismos ni con falsas ilusiones", advirtió en base a la homilía pronunciada el 15 de julio de 1973 por monseñor Angelelli.
"Ahora bien, no les llame la atención que existan hermanos nuestros que traten de hacer aparecer a la Iglesia diocesana como enemiga de su pueblo, que traten de reducirla al silencio para que no anuncie el Evangelio o predique un Evangelio sin referencia a la vida concreta de nuestro pueblo, parecería que solamente conciben a la Iglesia encerrada en la sacristía. Estas cosas ya están perimidas y pertenecen a un pasado que en personas cultas no se concibe. Aunque podamos ser sometidos a la más dura crítica y grosería, jamás silenciaremos nuestra palabra en defensa de la verdadera fe cristiana y felicidad de nuestro pueblo", sostuvo citando la homilía del 22 de julio de 1973.
Monseñor Colombo destacó que el 8 de junio el papa Francisco invitaba a celebrar el martirio de los testigos riojanos y estimó que cuando llegue el momento de la beatificación, seguramente el próximo año, "ya se habrán dado los pasos de la organización de esa gran fiesta en que la diócesis acogerá a hermanos de todo el país que vendremos a unirnos a esta alegría".
"Para entonces, la espiritualidad y la liturgia en una misma dirección nos permitirán vivir y vibrar en un acontecimiento que fortalecerá a la comunidad cristiana en la contemplación de la buena nueva del Reino de Dios presente en sus mártires, Enrique, Carlos, Gabriel y Wenceslao".
"Dios bendiga a La Rioja, a sus comunidades, a sus familias, a sus jóvenes, a sus pobres. Que ella se renueve a la luz del testimonio de quienes la sirvieron hasta derramar su sangre por puro amor", concluyó.+
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