Mons. Barbaro pide a la Virgen de Itatí "que no permita nada inhumano e injusto en nuestro país"

  • 12 de julio, 2018
  • Presidencia Roque Sáenz Peña (Chaco)
En el marco de la solemnidad de Nuestra Señora de Itatí, la comunidad diocesana de San Roque de Presidencia Roque Sáenz Peña participó de las celebraciones en torno a la imagen peregrina de la Virgen de Itatí, traída desde su santuario en Corrientes. La jornada fue ocasión además para que la comunidad hiciera un fuerte llamado a cuidar la vida y a que los argentinos no se confundan ante la cultura del descarte. La misa central estuvo presidida por el obispo diocesano, monseñor Hugo Barbaro, en la catedral San Roque.
La comunidad diocesana de San Roque de Presidencia Roque Sáenz Peña celebró este 9 de julio a Nuestra Señora de Itatí. Con la imagen peregrina llegada desde su santuario, en la provincia de Corrientes, los fieles realizaron una procesión que recorrió diferentes capillas rurales con el lema "Con María, al servicio de la vida". Además, la comunidad hizo suya la ocasión para hacer un fuerte llamado a cuidar la vida y pedir que los argentinos no se confundan ante la cultura del descarte. Al llegar a la catedral San Roque, los fieles participaron de la misa presidida por el obispo diocesano, monseñor Hugo Nicolás Barbaro y concelebrada por varios sacerdotes. En la homilía, siguiendo el pasaje evangélico de la Anunciación del Ángel a María, el obispo pidió a la Virgen "que ilumine la mente de los argentinos para que amemos la vida desde el momento de la concepción". "Se trata de un tema en primer lugar humano, no simplemente religioso. La vida que comienza dentro de una mujer es humana, lo dice la ciencia y la lógica realista frente a un embarazo. La Sagrada Escritura no hace más que confirmar ese razonamiento humano sensato al decir que el Hijo de Dios se hizo carne, en el instante de la Concepción, ya estaba Dios entre nosotros, protegido en las entrañas purísimas de la Virgen Santa María", detalló el prelado. Ante la multitud que colmó la Catedral y los espacios adyacentes, monseñor Barbaro insistió en que "detrás de todo desprecio a la vida humana se encierra una cuestión de amor: amar al que empieza a existir aunque a veces no se lo espere y suponga complicaciones. Amar a quien está enfermo y necesita auxilio, protección. Amar al que queda desamparado, sea niño, adulto o anciano. Son invitaciones a cambiar de planes, complicarnos y servir; pone en juego la generosidad humana. Cuando vence el amor aunque cueste mucho, la felicidad es plena", señaló. Finalmente, aseguró que "tenemos que salir de la autorreferencialidad, de mirar desde lo que nos conviene; el Papa Francisco utiliza mucho esa palabra. Nada hay imposible para Dios, dijo el Ángel a la Virgen María; los problemas se pueden resolver si no permitimos que el mal infecte las decisiones, en este caso el de la destrucción de vida por nacer. Recemos para que se legisle desde una mirada generosa, pensando en el verdadero bien de la sociedad. Que no permita nada inhumano, injusto en nuestro país, que libere a todos del esclavismo de la ceguera mental, del egoísmo, de la cultura de la muerte y que triunfe la cultura de la vida". Las actividades culminaron con la consagración a la Virgen de todos los presentes. En un clima de oración y alegría, los fieles despidieron a la imagen, rogando por sus intenciones y renovando su pedido que todos cuiden y valoren toda vida.+