La Santísima Trinidad, misterio primordial del cristianismo

  • 31 de mayo, 2018
  • Puerto Iguazú (Misiones) (AICA)
"Hemos venido celebrando distintos misterios de la historia de la salvación: Navidad; Pasión, Muerte y Resurrección; Ascensión del Señor; y Pentecostés que es el misterio de la venida del Espíritu Santo y con Él, el nacimiento de la Iglesia. Hoy, la Iglesia celebra el misterio primordial del cristianismo: la Santísima Trinidad, fuente y principio de todo don, de la vida, del bien y del amor que marca el corazón del hombre", dijo Mons. Martorell en su mensaje dominical.
Al reflexionar sobre la solemnidad de la Santísima Trinidad, el obispo de Puerto Iguazú, monseñor Marcelo Raúl Martorell, dijo: "Hemos venido celebrando distintos misterios de la historia de la salvación: Navidad; Pasión, Muerte y Resurrección; Ascensión del Señor; y Pentecostés que es el misterio de la venida del Espíritu Santo y con Él, el nacimiento de la Iglesia. Hoy, la Iglesia celebra el misterio primordial del cristianismo: la Santísima Trinidad, fuente y principio de todo don, de la vida, del bien y del amor que marca el corazón del hombre. La revelación de este misterio es progresiva. Le pertenece como totalidad al Nuevo Testamento, pero en el Antiguo Testamento ya se iba manifestando por parte de Dios a los hombres este misterio inefable. Dios habló de muchas formas a Israel, afirmando frente a los peligros de la idolatría un fervoroso "monoteísmo", como cuando dice "reconoce y medita en tu corazón que el Señor es el único Dios, allá arriba en el cielo y aquí abajo en la tierra: no hay otro". El Antiguo Testamento celebra la grandeza de Yahvé único Dios, Creador del universo y el Señor absoluto. Pero celebra también su cercanía con los hombres, ya que no sólo es su Señor y Creador, sino también su Pastor. En otro momento de su mensaje, monseñor Martorel dice: "¡que cosa más difícil, pero sin embargo más necesaria, que hablar de Dios en cuanto que es Padre, Hijo y Espíritu Santo, o sea en cuanto que es "Uno y Trino"! Es llamativo cómo la autoconciencia de Jesús lo hace llamar a Dios "Padre" y si bien eso no justifica una doctrina trinitaria, sin embargo es de suma importancia. Jesús nunca se anunció como "persona divina", pero su relación con Dios y su entrega a Dios que lo compromete y lo absorbe tanto, hacen comprensible y nos da un principio de entendimiento de este misterio. Luego de la Resurrección, el Nuevo Testamento aplica explícitamente a Jesús el testimonio del Antiguo Testamento: "Tú eres mi Hijo, yo te he engendrado hoy". Con la venida de Cristo, Dios se revela al mundo en el misterio de su vida íntima. Se revela en la perfección y profundidad de su acto cognoscitivo y amoroso, por la que es Padre que engendra al Verbo y comunión de la que procede el Espíritu Santo. Y lo más admirable es que Dios entra ya en relación con los hombres no sólo como Dios Creador, sino como Trinidad, como Padre que ama a sus hijos en su Hijo Único y en comunión con el Espíritu Santo, extendiéndose la realidad de este misterio a todos los hombres que creen en Jesucristo. Es este mismo Espíritu, que en Jesús nos hace gritar "Abba Padre" y nos hace rezar en "el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo ".+