Sacerdote que vivió el ENJ 1985: "La propuesta de Jesús es tan válida como hace 30 años"

  • 7 de mayo, 2018
  • Avellaneda (Buenos Aires) (AICA)
"Que este II Encuentro Nacional de Juventud sea un espacio de inyección para los que participen, un momento de gracia y encuentro con Jesús vivo", deseó el sacerdote salesiano Daniel Espinoza, testigo del I Encuentro Nacional de Juventud, en 1985.
El padre Daniel Espinoza, sacerdote salesiano de la parroquia Santa Catalina de Siena, de Dock Sud, diócesis de Avellaneda-Lanús, compartió su testimonio sobre el I Encuentro Nacional de Juventud, llevado a cabo en Córdoba en octubre de 1985. De cara al II Encuentro Nacional de Juventud, que tendrá lugar en Rosario los próximos de 25, 26 y 27 de mayo, el sacerdote alentó a los jóvenes a participar. "Cuando tenía 20 años, estaba estudiando para cura, y participé en el primer Encuentro Nacional de Jóvenes en 1985. Éramos diez mil personas. Recuerdo como un momento fuerte del encuentro, cuando se enseñó el tema "Una nueva civilización", canto central que animó cada momento, queriendo que nuestra Argentina sea una patria más justa y fraterna. Veníamos con el furor de la democracia y de años de mucho dolor. El canto nos unió y nos invitó a soñar juntos", recordó con afecto. [img]http://www.aica.org/subidas/3757.jpg[/img] Haciendo memoria agradecida, el padre "Yiyo", como suelen llamarlo los fieles, resaltó: "Descubrir a un Dios que ama la vida, es alegría? y esto se transmitía en las caras, en los gestos que abundaban de parte de todos. Esa fue la huella que dejó este encuentro en mi vida de fe". Dirigiéndose a los jóvenes de hoy sostuvo: "Hay que volver a hacer una apuesta fuerte al compromiso por la justicia y la solidaridad, como hermanos y no enemigos. Que podamos seguir descubriendo que la propuesta de Jesús es tan válida como hace 30 años", y añadió: "Estamos invitados a vivir el sueño de Jesús por el reino de justicia, compromiso, solidaridad, misericordia". [img]http://www.aica.org/subidas/3756.jpg[/img] Espinoza dedicó también un mensaje a los sacerdotes y catequistas: "Que los que tenemos la misión de acompañar a los jóvenes podamos aprender a cuidar esta porción tan delicada: cuidar, formar, acompañar y crecer. Nuestras comunidades tienen el derecho de cuidar la vida, especialmente de los jóvenes con propuestas serias que ayuden a crecer". Concluyó su testimonio anunciando: "Me gustaría motivar no solo desde la palabra que le pueda decir a un joven para invitarlo a participar sino desde lo personal, poder hacer un seguimiento, o encontrarnos previamente con los que van a ir a Rosario". "Y también facilitar los medios necesarios para que puedan ir, y especialmente desde lo económico. Es bueno poder organizarse para recaudar fondos, o buscar padrinos", detalló el sacerdote salesiano.+