La caridad fraterna es el distintivo de la vida del cristiano

  • 3 de mayo, 2018
  • Puerto Iguazú (Misiones) (AICA)
Comentando el Evangelio del 5° domingo de Pascua, el obispo de Puerto Iguazú, Mons. Marcelo Martorell, dijo que el ejercicio de la caridad fraterna es el distintivo del cristiano, pues señala su unión con Cristo. Es imposible decirse cristiano si no se vive en el amor y es imposible amar sin estar unido a Cristo. Quien ama a su prójimo no tiene nada que temer ante Dios, porque Dios lo sostendrá en el amor.
Comentando el Evangelio del 5° domingo de Pascua, el obispo de Puerto Iguazú, monseñor Marcelo Raúl Martorell, aseveró que "el ejercicio de la caridad fraterna es el distintivo de la vida del cristiano, pues atestigua su comunión vital con Cristo. Es imposible decirse cristiano si no vivimos en el amor, y es imposible amar sin estar unido a Cristo. Quien ama a su prójimo "amigo o enemigo- no tiene nada que temer ante Dios, no porque ´no tenga pecado´, sino que Dios en su gran misericordia, lo perdonará y lo sostendrá en el amor, en vista de la caridad para con sus hermanos que demuestra el cristiano". "La liturgia de hoy -dijo el prelado- nos sumerge en el itinerario de la vida cristiana, conversión, inserción en el misterio de Cristo, y vivencia de la fe, la esperanza y el amor o caridad cristiana. "Cristo nos llama y en su llamado nos muestra nuestro propio corazón, con sus pasiones y costumbres, no siempre buenas, y nuestra conducta tan enraizada tantas veces en nosotros mismos y en nuestros propios deseos y egoísmos. El cambio de mentalidad y conducta requiere un largo proceso. "Pero esto no es imposible para ninguno, incluso el primer paso de la conversión que es el de pasar de la incredulidad a la vida de fe, del pecado a la vida de la gracia, sino también como ejercicio en las virtudes, desarrollo de la caridad y ascesis hacia la santidad. "Cuando la conversión -prosiguió reflexionando- iluminada por la fe primaria, es confirmada por el sacramento, nos inserta en Cristo, para que viviendo en él viva su misma vida. Este es el tema del Evangelio de hoy: "permanezcan en mí y yo en ustedes "dice el Señor-. Como el sarmiento no puede dar fruto de sí mismo si no permanece en la vid, tampoco ustedes si no están unidos a mí. Solamente unido a Cristo, como el sarmiento a la vid, puede el cristiano vivir en la gracia de Dios, el amor y el ejercicio de la santidad en todos los órdenes de la vida". En la parte final de su reflexión, monseñor Martorell expresó: "Entre los elementos importantes de la liturgia de hoy hay una frase del Señor que tiene gran importancia, tanto para la vida de la gracia personal, como para la construcción de un mundo diferente, que solo puede provocar en el hombre, el ánimo y la certeza de que tiene una obra por delante: ´que nos amemos los unos a los otros´. El ejercicio de la caridad fraterna es el distintivo de la vida del cristiano, pues atestigua su comunión vital con Cristo. Es imposible decirse cristiano si no vivimos en el amor, y es imposible amar sin estar unido a Cristo".+