El obispo de Posadas aseguró que "la castidad humaniza"

  • 25 de abril, 2018
  • Posadas (Misiones) (AICA)
"Si a la sexualidad la humanizamos y consideramos la capacidad de espiritualidad en el hombre y la mujer, así como la inteligencia, la voluntad, la libertad, y su capacidad de trascendencia, se podrá captar que la sexualidad y la genitalidad son maravillosas y mucho más plenas, porque están ligadas al amor humano", destacó el obispo de Posadas, monseñor Juan Rubén Martínez.
El obispo de Posadas, monseñor Juan Rubén Martínez, lamentó que valores como la vida, la familia y el matrimonio, la Iglesia y su misión, el sacerdocio y el celibato sean difíciles de entender por "una visión materialista que sólo comprende al hombre desde lo fisiológico e instintivo" y advirtió: "Desde una antropología materialista, el matrimonio monogámico y el celibato serán considerados como algo antinatural". "Reducir el celibato a una mera imposición de la Iglesia es, de hecho, una falta de respeto a la inteligencia y al mismo Cristo que es el ?sumo y eterno Sacerdote?, célibe, que dio su vida por todos nosotros. En los textos bíblicos se descubre una profunda valoración por el celibato y la castidad por el Reino de los cielos, así como en los Padres de la Iglesia, doctores y pastores, desde el inicio apostólico y hasta el presente", subrayó. "El unir el celibato y el sacerdocio ministerial es una opción por una mayor radicalidad evangélica hecha por la Iglesia desde su potestad y respaldada por la Palabra de Dios y el testimonio de los santos y tantos hombres y mujeres que a lo largo de la historia desde este don, y aún desde sus fragilidades, trataron y tratan de donarlo todo en exclusividad a Dios y a su pueblo", destacó, y agregó: "Los malos ejemplos y aún nuestras propias limitaciones no invalidan el aporte de tantos que antes y actualmente dan su vida por los demás". El prelado recordó que el papa emérito Benedicto XVI señalaba en una ocasión a seminaristas: "Una vez más, Jesús es el modelo ejemplar de adhesión total y confiada a la voluntad del Padre, al que toda persona consagrada ha de mirar. Atraído por Él, desde los primeros siglos del cristianismo, muchos hombres y mujeres han abandonado familia, posesiones, riquezas materiales y todo lo que es humanamente deseable, para seguir generosamente a Cristo y vivir sin ataduras su Evangelio, que se ha convertido para ellos en escuela de santidad radical". "Si a la sexualidad la humanizamos y consideramos la capacidad de espiritualidad en el hombre y mujer, así como la inteligencia, la voluntad, la libertad, y su capacidad de trascendencia, se podrá captar que la sexualidad y la genitalidad son maravillosas y mucho más plenas, porque están ligadas al amor humano, y no sólo a una sexualidad liberada a los instintos que siempre deja a la persona sumergida en una profunda insatisfacción", aseguró. "Desde una comprensión correcta de la persona humana, también se puede entender que la sexualidad es un vehículo que no sólo hace a la generosidad, sino que puede instrumentar la donación de la propia vida en el amor a los demás. En definitiva, porque la persona está hecha para el amor y donándose es en donde se plenifica", concluyó.+ » Texto completo de la carta