Mons. Martorell: La fe, tema de vital importancia en la vida de la Iglesia

  • 12 de abril, 2018
  • Puerto Iguazú (Misiones) (AICA)
"La fe seguirá siendo el tema de vital importancia en la vida de la Iglesia", aseveró el obispo de Puerto Iguazú, Mons. Marcelo Martorell, al comentar el episodio evangélico donde se narra la incredulidad del apóstol Tomás sobre la resurrección de Jesús.
"La fe seguirá siendo el tema de vital importancia en la vida de la Iglesia", aseveró el obispo de Puerto Iguazú, monseñor Marcelo Raúl Martorell, al comentar el episodio evangélico donde se narra la incredulidad del apóstol Tomás sobre la resurrección de Jesús y cuando el Señor, tras mostrarle las pruebas de su resurrección, mirando a Tomás le dice: "En adelante no seas incrédulo, cree". "Es tanta la ternura del Salvador -expresó el prelado misionero- que lejos de recriminar a Tomás por su incredulidad, lo mira con amor y se somete a las pruebas que el apóstol exige y Tomás se quiebra en un gran acto de fe: ¡Señor mío y Dios mío!" "Al hombre -prosiguió reflexionando el obispo- no le es fácil llevar el mensaje de Cristo resucitado. La vida de Cristo y su anuncio implica su aceptación en el corazón del hombre. Ese hombre que no ve y que duda, que solamente cree en lo que percibe y toca con sus manos, que se encierra en sus sentidos y que vive según la percepción de éstos, a los que por otro lado trata permanentemente de satisfacer. Llevar el mensaje de Cristo resucitado requiere aprender a trascender, estudiar y rezar la Escritura y sobre todo abrir el corazón a la presencia de Dios en el mundo y a la vida de cada día. Sin embargo el amor tanto al Evangelio que se predica, cuanto al hombre al que está destinado, es el gran mandato pascual". "Porque me has visto has creído. Felices los que sin haber visto creerán", le dijo Jesús a Tomás. "Esta es la bienaventuranza de los creyentes, el elogio a los pobres y sencillos de corazón que buscan más allá de sí mismos y que necesitan del consuelo y la fortaleza de Dios. La fe y sólo la fe en Cristo resucitado sostenía a los creyentes de la Iglesia Primitiva y los llevaba a celebrar los sacramentos, alimentarse de ellos y proclamar que Jesús muerto y resucitado era el Señor". "Así también tendrá que ser la fe del hombre de hoy. La Iglesia vive de la fe en Cristo resucitado y se sostiene por la fuerza del amor del Espíritu de Jesús. La fe en Cristo y la fuerza del testimonio de los Apóstoles en el amor, era lo que mantenía unidos a los primeros cristianos. Una fe tan fuerte que los llevaba a dejar todo incluso sus propios bienes, compartirlos y seguir a Jesús. Todos se sentían hermanos en Cristo Jesús. Ojalá esta Pascua de resurrección nos una en la fe, en el amor y el perdón, de tal manera que esa vida nueva que hemos recibido se multiplique y trasforme no solamente nuestras vidas, sino la vida del mundo de hoy, plasmando el Evangelio de tal modo que los hombres sientan que viven un mundo en el que es bueno vivir", concluyó monseñor Martorell.+ » Texto completo de la homilía AICA la hacen y la sostienen sus propios lectores mediante aportes voluntarios. Para enviar su donativo mediante tarjeta de crédito o de débito, transferencia bancaria, Pago Fácil, Rapipago y otras opciones, ingrese en: http://donar.aica.org/