Mons. Lozano: El mandato es sanar a los corazones afligidos y heridos

  • 8 de abril, 2018
  • San Juan
"Nosotros hoy somos también enviados como apóstoles de la misericordia de Dios. Es un mandato para sanar los corazones afligidos y heridos, tocar la pobreza y la tristeza, ser luz en medio de las tinieblas", recordó el arzobispo de San Juan de Cuyo, monseñor Jorge Lozano, y pidió "no hacerse los distraídos" ante la realidad "bien concreta" de la misericordia.
El arzobispo de San Juan de Cuyo, monseñor Jorge Eduardo Lozano, recordó que el segundo domingo de Pascua se dedica a poner la mirada y el corazón en Jesús Resucitado, y se dedica de manera especial a "renovar nuestra fe en su misericordia". "Esta devoción tiene su apoyo en la conocida imagen pintada en el cuadro que nos presenta al Cristo Resucitado que viene como caminando a nuestro encuentro. No se muestra estático o sentado, sino con ese movimiento de quien se acerca. Se aproxima no con aire amenazante para castigar sino amigablemente como para abrazar", destacó en su columna semanal. "Tiene en sus manos y sus pies los rastros de las llagas de los clavos de la cruz, y nos muestra que de su pecho salen dos rayos de color blanco uno y rojo el otro, agua y sangre, cargados de simbolismo. Ambos son signos de los sacramentos de la Iglesia: el Bautismo y la Eucaristía", precisó. El prelado destacó que hoy los cristianos también son "enviados como apóstoles de la misericordia de Dios" y sostuvo: "Es un mandato para sanar los corazones afligidos y heridos, tocar la pobreza y la tristeza, ser luz en medio de las tinieblas". "La misericordia no es una abstracción o un cúmulo de buenos deseos. Es una realidad bien concreta que se nota en la vida de cada cristiano y cada comunidad", puntualizó, y pidió: "No nos hagamos los distraídos". Monseñor Lozano alentó a no dejarse "vencer por el desaliento o la derrota", al señalar que el papa Francisco enseña que la resurrección "es una fuerza imparable". "Es verdad que muchas veces parece que Dios no existiera: vemos injusticias, maldades, indiferencias y crueldades que no ceden. Pero también es cierto que en medio de la oscuridad siempre comienza a brotar algo nuevo, que tarde o temprano produce un fruto. En un campo arrasado vuelve a aparecer la vida, tozuda e invencible", concluyó.+ » Texto completo de la reflexión