La Editorial Claretiana anunció el cierre de su local ubicado en el barrio de Palermo. Luego de 15 años de servicio, agradecieron a quienes pasaron por el local, a clientes, vecinos y amigos, y a los colegios y parroquias por haber permitido su participación en la tarea educativa y pastoral.
Luego de 15 años de servicio, cerrará sus puertas el local de Editorial Claretiana de la calle Aráoz 2968, del barrio porteño de Palermo, que funcionaba en un espacio perteneciente a la Liga de Madres de Familia, al lado de su sede central.
La editorial agradeció con especial cariño a la Liga de Madres, a cada una de sus presidentas y comisiones, y a la actual dirección presidida por la señora Lidia Sarría de Elizalde por su hospitalidad y su calidez humana, que siempre estuvo al tanto de sus necesidades. "Y a aquellas inolvidables personas que de una forma u otra fueron parte de nuestra vida y nuestra misión", agregaron.
"Nos llevamos un grato recuerdo e incluso afectos, de quienes pasaron por la vida de nuestro local en Aráoz 2968. Esperamos haber cumplido con sus expectativas, y pedimos perdón si cometimos algún error o desatención involuntaria", manifestaron, y agradecieron "la confianza de nuestros clientes, vecinos y amigos, aquellos que en los primeros momentos nos ayudaron incluso a difundir nuestra presencia en Palermo, a los colegios y parroquias por habernos permitido participar de su tarea educativa y pastoral".
"Ha sido una difícil decisión pero nos anima la visión profética que tuvo nuestro fundador San Antonio María Claret, del mundo, de la Iglesia y de las necesidades urgentes de su tiempo. Animados por este mismo espíritu intentamos discernir los signos de los tiempos para responder con coherencia evangélica a las realidades que se nos presentan y nos reclaman. Fieles al carisma y espiritualidad claretiana y a la razón de ser de nuestra Editorial: estar al servicio de la evangelización", afirmaron, invitando a quienes deseen seguir visitando la editorial, a hacerlo en su tradicional sucursal de Rodríguez Peña 898 (esquina Paraguay) o en la Casa Central, sita en Lima 1360, del barrio de Constitución.
"Nos encontraremos en cada misión cotidiana, allí donde la vida, la justicia y la dignidad de las personas nos reclamen, cuidando ser testigos de la presencia viva del Resucitado en nuestro trabajo", concluyeron.+
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