Los Círculos Católicos de Obreros celebraron 126 años

  • 5 de febrero, 2018
  • Buenos Aires (AICA)
A 126 años de su fundación, la Federación de Círculos Católicos de Obreros (FCCO) de la República Argentina celebró su aniversario el viernes 2 de febrero. La obra, creada por el siervo de Dios padre Federico Grote en 1892, vela por el bienestar espiritual y material de los trabajadores, de acuerdo con las enseñanzas del magisterio de la Iglesia.
La Federación de Círculos Católicos de Obreros (FCCO) de la República Argentina celebró el viernes 2 de febrero su 126º aniversario. La obra, fundada por el padre Federico Grote en 1892, tiene como fin promover, estimular y defender el bienestar espiritual y material de los trabajadores, de acuerdo con las enseñanzas del magisterio de la Iglesia. A los 126 años de su fundación, la institución realiza actividades que abarcan diversos ámbitos, siempre con miras al bien común. Entre sus principales obras se destacan, en el área de salud, el sanatorio San José, la obra social Osamoc, la clínica San José Obrero, de Jáuregui; en el área de educación y formación, el Instituto Católico de Estudios Sociales (ICES), el Centro Cultural P. Federico Grote, la Asociación Mutual, y en el área recreativa y deportiva, los ateneos de Mataderos y de Villa Devoto. A través de las más de 40 sedes de círculos católicos de obreros distribuidos en Buenos Aires y el resto del país, la FCCO mantiene un compromiso social con la comunidad a la que presta sus servicios. El origen de la Federación de Círculos Católicos de Obreros El padre Federico Grote, fundador de los Círculos de Obreros, nació el 16 de julio de 1853 en Munster de Wesfalia, Alemania. Fue ordenado sacerdote el 8 de junio de 1878. Al año siguiente se trasladó como misionero a América. Permaneció cinco años en Ecuador y llegó a Buenos Aires en 1884. Aquí supo interpretar el pensamiento de León XIII, autor de la encíclica Rerum novarum. El padre Grote fue un precursor. Antes que nadie previó el planteamiento de una cuestión obrera argentina. La obra de los círculos de armonización de clases y mejoramiento de la vida de los trabajadores y sus familias concretó en el país la más valiosa y fecunda acción social católica. Grote fue el primero que pensó y actuó por el hombre y joven del trabajo. Gracias a su acción precursora llegó a todos los rincones la voz orientadora de la Iglesia en materia social, en especial, a la gente más humilde de los campos y ciudades. Tras la figura de Grote se fueron agolpando los obreros y laicos comprometidos. Sus voces llegaron hasta los poderes públicos, que ante la claridad de las mismas, debieron escuchar. Sobre los círculos de obreros, a quien no puso el nombre de católico para que sea una institución de puertas abiertas, el fundador decía: "La acción social a favor de los obreros, es decir, los esfuerzos para promover con toda clase de medios lícitos el bienestar temporal y moral de los trabajadores no era, pues, en mi intención el fin último que me proponía, sino más bien un medio para alejar a los obreros de los antros de perdición y ponerlos bajo el influjo saludable de la Iglesia". En cada uno de los círculos se encendió la llama de redención del trabajador y su familia, de la humanización del capital, de la igualdad espiritual y del amor cristiano. Fue Grote un luchador incansable, alma y nervio de los Círculos, su prédica no fue en vano. Fueron gracias a su lucha y entrega muchas de las conquistas que hoy ostentan los trabajadores. Su palabra era difundida a través de medios radiales y escritos, destacándose en la creación de diversas revistas de difusión a través de los Círculos de Obreros y sobresaliendo, sin duda, la fundación del diario El Pueblo el 1° de abril de 1900. Grote tenía dos grandes amores: la Iglesia y los obreros. Su apego a Dios permitió que en su primera peregrinación al santuario de la Virgen de Luján, en septiembre de 1893, lo acompañaran más de 400 personas. Falleció el 30 de abril de 1940, vísperas del día del trabajo. Sus restos descansan en el Panteón Social de la Federación, ubicado en el cementerio de la Chacarita, de Buenos Aires. A más de cien años de su creación, los círculos continúan su obra por el bienestar de los trabajadores y sus familias. Acerca de todo esto, el padre Grote decía: "La obra no podía ser más sencilla. Simplemente por el momento, Círculo de Obreros. Amplitud absoluta en la admisión de socios, puertas ampliamente abiertas, para que entraran por ellas multitudes a quienes pudiera ganar para Cristo. Por esto no debía apellidarse ´católico´. El catolicismo ya lo iríamos creando y apuntalando con la ayuda de Dios y el cultivo espiritual de las almas...". Más información: Sede Central de la FCCO: Junín 1063 (1113) Ciudad de Buenos Aires Tel: (011) 5236-4136/7 - Email: info@fcco.com.ar - Sitio Web "renovado": www.fcco.org.ar .+ AICA la hacen y la sostienen sus propios lectores mediante aportes voluntarios. Para enviar su donativo mediante tarjeta de crédito o de débito, transferencia bancaria, Pago Fácil, Rapipago y otras opciones, ingrese en: http://donar.aica.org/