El Papa reza por las familias que sufren hambre y por los usureros que se aprovechan

  • 23 de abril, 2020
  • Ciudad del Vaticano (AICA)
El Papa rezó "por las familias que sufren hambre y por los usureros que se aprovechan", fue la intención de oración dada al inicio de la misa matutina celebrada en la capilla de la Casa Santa Marta

El papa Francisco rezó hoy “por las familias que sufren hambre y por los usureros que se aprovechan”, fue la intención de oración dada al inicio de la misa matutina celebrada en la capilla de la Casa Santa Marta. “En muchas partes -dijo- se siente uno de los efectos de esta pandemia: muchas familias necesitadas, hambrientas y lamentablemente el grupo de usureros que les está ayudando. Esta es otra pandemia”.

“La pandemia social: familias de personas que tienen un trabajo diario o, por desgracia, un trabajo no declarado que no pueden trabajar y no tienen comida, con hijos. Y luego los usureros se llevan lo poco que tienen. Recemos por estas familias, por los muchos hijos de estas familias, por la dignidad de estas familias, y recemos también por los usureros: que el Señor toque sus corazones y los convierta”.

En su homilía, el Papa comentó el pasaje de los Hechos de los Apóstoles en el que Pedro, ante los reproches y amenazas del sumo sacerdote que quiere prohibirle enseñar al pueblo, responde que es necesario obedecer a Dios antes que a los hombres. El Santo Padre explicó cómo pudo San Pedro pasar de ser un hombre cobarde que renegó de Jesús por miedo a la cárcel, a un apóstol valiente capaz de enfrentarse al Sanedrín.

La clave, explicó el Santo Padre, es la oración de Jesús. Jesús rezó por Pedro para que no perdiera la fe.

En la Primera Lectura de este jueves, del Libro de los Hechos de los Apóstoles, se narra el interrogatorio al que los miembros del Sanedrín someten a Pedro y los apóstoles. El Sumo Sacerdote les dijo: “Les prohibimos severamente enseñar en ese nombre”, es decir, en el nombre de Jesús, “y sin embargo ustedes han llenado Jerusalén con su doctrina y quieren hacer recaer sobre nosotros la sangre de ese hombre”.

Pero Pedro respondió con contundencia: “Hay que obedecer a Dios antes que a los hombres. El Dios de nuestros padres resucitó a Jesús a quien ustedes dieron muerte colgándole de un madero”.

Ante esta valiente reacción de Pedro, el Papa se preguntó: “Pero, ¿Éste es el Pedro que había renegado de Jesús? ¿Aquel Pedro que tenía tanto miedo? ¿Aquel Pedro que era un cobarde? ¿Cómo ha llegado ahí?”.

“¿Cuál fue el camino de Pedro para llegar a este punto, a esta valentía, a esta franqueza para exponerse?”. Porque Pedro no siempre había sido así. Pedro “era un hombre entusiasta, un hombre que amaba con fuerza, también un hombre temeroso, un hombre que estaba abierto a Dios, hasta el punto de que Dios le revela que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios”.

Sin embargo, “poco después, inmediatamente después, se deja caer en la tentación de decir a Jesús: ‘No, Señor, por ese camino no. Vamos por otro’: la redención sin Cruz. Y Jesús le llama ‘Satanás’”.

Pedro era un hombre “que pasaba de la tentación a la gracia, era capaz de arrodillarse ante Jesús y decir: ‘Aléjate de mí que soy un pecador’, y luego tratar de sobrevivir sin ser visto y que para no terminar en la cárcel reniega de Jesús”.

Pedro era “inestable, era muy generoso y también muy débil. ¿Cuál era el secreto? ¿Cuál era la fuerza que encontró Pedro para llegar hasta aquí?”.

Para explicarlo, el pontífice recordó cómo “antes de la Pasión, Jesús dice a los apóstoles: ‘Satanás los buscado para moleros como al grano’. Es el momento de las tentaciones: ‘Serán así, como el grano’. Y a Pedro le dice: ‘Yo rezaré por ti, para que tu fe no disminuya’”.

“Y este es el secreto de Pedro: la oración de Jesús. Jesús reza por Pedro, para que su fe no disminuya y pueda confirmar en la fe a los hermanos. Jesús reza por Pedro”.

Francisco aseguró que al igual que rezó por Pedro, Jesús “reza por nosotros; reza delante del Padre. Nosotros estamos acostumbrados a rezar a Jesús para que nos dé esta gracia o aquella otra, pero no estamos acostumbrados a contemplar a Jesús que hace ver al Padre las heridas; a Jesús el intercesor; a Jesús que reza por nosotros”.

“Y Pedro fue capaz de hacer todo este camino de cobarde a valiente con el don del Espíritu Santo y gracias a la oración de Jesús”.

El Papa invitó a pensar en ese camino de Pedro gracias a la oración del Señor. “Dirijámonos a Jesús, agradeciéndole que rece por nosotros. Jesús reza por cada uno de nosotros. Jesús es el intercesor. Jesús quiso llevar consigo las heridas para mostrárselas al Padre”.

“Es el precio de nuestra salvación. Debemos tener más confianza, más que en nuestras oraciones, en la oración de Jesús. Que el Señor nos enseñe a pedirle la gracia de rezar por cada uno de nosotros”, concluyó el Papa. +